Retrocycle es el sueño hecho realidad de Miguel, un emprendedor ciclistaSi tienes ganas de volver a utilizar aquella bici que dejaste abandonada en el garaje, ahora es el momento. Pero si adaptar una vieja bicicleta a nuevas necesidades sabe a poco, también puede adaptarse a pequeños (y grandes) caprichos. Todo ello de la mano de Miguel Silvestre, que en Retrocycle, en el madrileño barrio de Chamartín, ha abierto un taller de reparación y una tienda con piezas y complementos de bicicletas de ciudad. "Cuando iniciamos Retrocycle, Miguel Gatoo acababa de dejar su trabajo y yo acababa de dejarlo con mi novia. ¡Momento de crisis! Tocaba reinventarse y manos a la obra", explica Silvestre, un enamorado de las dos ruedas: "Durante muchos años competí en bicicleta. Mientras competía, estudié Derecho y luego Ciencias Políticas; más tarde, al dejar la competición, trabajé vinculado al deporte, con proyectos de ciclismo siempre". "Ahora Miguel Gatoo sigue vinculado pero ya no dentro del proyecto Retrocycle. Somos cinco personas que tenemos la tienda como tal, el taller y sobre todo, nuestro grupo de gente (Team Retrocycle) a quien nos une la pasión por la bici como deporte y como medio de transporte". Miguel envidiaba cómo en otros países, como EEUU o Reino Unido, existían muchas tiendas donde encontrar artículos que aquí era imposible. "Nos dolía ver que con tanta historia ciclista a nuestra espaldas no hubiera donde encontrar esos artículos y complementos para aquellos a los que les encanta la bici". Así, con recursos propios, se liaron la manta a la cabeza: "Nuestro estudio de viabilidad fue: sentido común más años de pasión por la bici y apostar por algo que no existía". Si no hay bici que reparar, siempre puede crearse una nueva desde cero, completamente a la carta, y sobre la marcha ir modificando lo que haga falta. Bicis de ciudad, de paseo, de piñón (fixed) o de pista, y adaptables a todos los presupuestos: desde 240 hasta los 5.000 euros. Uno de los casos más curiosos que se han encontrado ha sido una bicicleta de 1914, fabricada a mano en madera y sólo utilizable para exposiciones, que "quedó como nueva". "La excesiva burocracia hace que te pienses lo de emprender muchas y muchas veces. Pero vale la pena. En momento de crisis es cuando tocan las oportunidades, es y son los momentos de reinventarse y, sobre todo, de confiar en uno mismo". "Nuestra filosofía es compartir, no vender, nos gustaría que nos conociesen como una sastrería de la bicicleta", concluye Silvestre.