Argentina 'asusta' a los inversores para parar a empresas como la española EnceBuenos Aires. El Gobierno argentino no ceja en su lucha contra la instalación de dos plantas de celulosa frente a las costas del río Uruguay, que marca la frontera entre este país y Argentina. Tras el revés sufrido por la negativa de la Corte Internacional de La Haya a hacer lugar a su recurso a favor de una paralización de la construcción de las plantas de la finlandesa Botnia y de la española Ence, el presidente Néstor Kirchner ha decidido una estrategia de ahogo financiero de las mismas. El Gobierno argentino ha decidido profundizar su estrategia de utilizar la incertidumbre a futuro de estas plantas para presionar sobre bancos y organismos financieros multilaterales implicados en la financiación de las obras. Botnia está a la espera de la concesión de créditos por 1.200 millones de dólares y Ence de otros 600 millones. La Corporación Financiera Internacional (CFI), instrumento de financiamiento del Banco Mundial, decidió hace pocos meses que la información suministrada por las compañías cuestionadas por los argentinos no es suficiente. Está en cuestión el posible efecto contaminante en aire, agua y suelos, de ambas industrias. En marzo pasado, el banco holandés ING se retiró de los proyectos por los temores a la incertidumbre creada. Ahora, Argentina está haciendo presentaciones ante la Bolsa de Nueva York y ante la Comisión Nacional de Valores estadounidense, para hacer saber a los inversores los "altos riesgos" que correrán si deciden prestar dinero para esas plantas. Mientras mantiene la demanda en La Haya con el argumento de que Uruguay tomó una decisión unilateral que viola convenios binacionales sobre esta cuestión, Argentina ensaya atemorizar a los inversores explicando que esas plantas violan "el estatuto del río Uruguay" al poner en riesgo las condiciones ambientales. El Gobierno argentino persigue el objetivo de negociar con ambas empresas el emplazamiento de las celulosas. Kirchner quiere que las plantas no se sigan construyendo en Fray Bentos, para evitar que continúe la movilización masiva de las poblaciones argentinas de Gualeguaychú y Colón, ubicadas al otro lado de esta vía fluvial. Si no, el presidente argentino teme una erosión de su popularidad y un conflicto crónico con su vecino del otro lado del Mar de Plata.