En la última semana, se ha lanzado a comprar títulos, hasta convertirse en su principal accionist,a con el 30 por cientoMADRID. Se esperaba, pero no así. Era un secreto a voces que Sacyr Vallehermoso estaba comprando acciones de Eiffage, la tercera constructora de Francia. También se sabía que estaba dispuesta a adquirir el 30 por ciento del capital. Incluso, se confiaba en que alcanzara este porcentaje antes del 19 de abril. Pero nadie imaginaba que fuera tan rápido.Ayer, al cierre de mercado, estalló la bomba: la compañía presidida por Luis del Rivero había tomado el poder en Eiffage. Tenía el 30,7 por ciento de las acciones, el 31 por ciento de los derechos de voto y se convertía en el mayor accionista del grupo francés. Ya no cabe ninguna duda, la española quiere mandar en Eiffage.Vocación y devociónLuis del Rivero y sus socios se han visto obligados a acelerar los acontecimientos ante la inminente junta general de Eiffage, que se celebrará el próximo 19 de abril. Ese día, el grupo español propondrá al resto de accionistas nombrar cuatro consejeros en representación de los intereses de Sacyr. Un movimiento que los directivos galos quieren impedir.Desde el principio, el consejero delegado de Eiffage, Jean-Francois Roverato, se ha apuesto a cualquier tipo de relación con la compañía española. Una negativa que ha encarecido sensiblemente la operación y ha obligado a Sacyr Vallehermoso a desembolsar más dinero del esperado.La constructora desveló su interés por la francesa el pasado 28 de febrero, cuando anunció la compra del 5,02 por ciento del capital. Desde entonces, el valor de Eiffage en bolsa se ha disparado un 65 por ciento, hasta cerrar ayer en 145,2 euros por acción.El fuerte encarecimiento de la compañía ha obligado a Sacyr a pagar más de 1.661 millones de euros para convertirse en el accionista de referencia. Una cantidad que podría haberse reducido a 1.205 millones si hubiera adquirido de golpe el 30 por ciento de Eiffage el pasado mes de febrero.Pero las intenciones de Rivero en aquellas fechas eran otras. Confiaba en llegar a un acuerdo con la cúpula francesa y entrar en el consejo de administración de manera amistosa. Sobre todo, porque en sus planes no entra lanzar una opa, sino sellar una alianza en los negocios y, como accionista, beneficiarse de los resultados de Eiffage, que factura 8.433 millones, con un beneficio de 303 millones.Además, el grupo francés es la cuarta compañía de autopistas del mundo, tras adquirir APRR hace cuatro meses. Un dato de especial interés para Sacyr, que quiere incrementar el tamaño de su filial de autopistas Itinere para sacarla a bolsa en los próximos años. Y ésta es una buena posibilidad.