El precio fijado por el banco supera las expectativas de un mercado a la bajaMadrid. Banco Popular es fiel a su filosofía también en las acciones que realiza fuera del negocio estrictamente bancario: despacito y buena letra. Ejemplo de ello es la gestión de la venta de 19 de sus edificios más emblemáticos, de los que pretende desprenderse para levantar su propia ciudad financiera. Es decir, en la línea marcada en los últimos tiempos por Santander y BBVA, los únicos bancos que le superan en el mercado nacional. A pesar de que el banco se había dado un plazo de tres meses -a descontar desde mediados de enero- para recibir ofertas, no parece tener prisa para cerrar la operación. Según ha podido saber elEconomista, la entidad que preside Ángel Ron ha rechazado una oferta de Carlyle, un fondo de capital riesgo. Por lo visto, el precio que pide es algo elevado en relación al contexto de parón que sufre actualmente el sector inmobiliario. A pesar de esta circunstancia, y de que es la única propuesta global que ha recibido -no por edificios sueltos-, ha preferido esperar a que lleguen cifras más interesantes. Asimismo, también ha optado por no aceptar otras proposiciones que, desde diferentes ámbitos, le han hecho llegar, aunque sólo por activos individuales del pack. "Es una operación encaminada a mejorar la eficiencia, se está valorando y estamos en un proceso de decisión. Cuando tengamos algo lo anunciaremos", explicaron en el momento de hacer pública la operación -a finales del mes de enero- fuentes cercanas a la entidad. La mayoría, en Madrid El planteamiento del Popular consiste en lograr un incremento de la eficiencia de la entidad mediante la venta de estos 19 edificios, 14 de ellos en Madrid y el resto en Barcelona, Sevilla y Salamanca, entre otras capitales. Posteriormente, se produciría la construcción de la nueva sede en la capital, donde se concentrarían todos los servicios administrativos del grupo. En este sentido, cabe subrayar que en la operación no están incluidas las sucursales instaladas en estos edificios. En el caso de que se produjera la venta, la intención es que estas oficinas continúen en su emplazamiento actual durante un periodo de aproximadamente cuatro años, en régimen de alquiler, hasta que concluya la construcción de la nueva sede, según manifestó CCOO en un comunicado emitido cuando el banco anunció que el proceso de venta estaba en marcha. Aunque la ubicación de la futura sede está aún por determinar, "se pretende que cuente con la mejor comunicación posible, así como con espacio y dotaciones suficientes para albergar muy sobradamente -hasta unas tres mil personas- a las plantillas de estos servicios centrales, incluyendo al personal correspondiente a la dirección delegada", indicaba la central sindical en la nota.