La telealimentación es capaz de conducir la energía fotovoltaica sin cablemadrid. La capital de España es una ciudad perfecta para al menos una cosa: aprovechar la energía solar. En ella hay luz y cielos despejados casi todo el año, y está situada a una buena altura sobre el nivel del mar, lo que garantiza la continuidad y potencia de los rayos solares durante las cuatro estaciones. A pesar de ello, en la capital de España sólo se pueden aprovechar 1.800 horas de sol al año, apenas el 20 por ciento del total. El 80 por ciento restante de la energía se pierde porque el sol está oculto por nubes, sombras provocadas por edificios, montañas o, sencillamente, porque es de noche. Que regularmente se haga de noche parece una limitación física inevitable, pero la ciencia ya ha encontrado una solución para eso. Si desde la Tierra no se puede recoger bien la energía del Sol, habrá que acercarse al lugar donde luce 24 horas al día: el espacio. Paneles cerca del solSe puede situar en órbita alrededor de la Tierra una gran superficie de paneles solares que apunten hacia el astro rey, de forma que estén permanentemente iluminados. Las placas solares se encargarían de convertir la luz en electricidad, igual que si estuvieran ancladas en tierra firme. Después, sólo queda conducir esa energía hasta nuestro planeta a través de la atmósfera de forma inalámbrica, mediante un haz de luz concentrado (láser). Este sistema garantizaría una energía renovable limpia, eterna, y siempre a la disposición del hombre.La prometedora tecnología que puede hacer posible esta idea casi de ciencia ficción, se llama telealimentación, y está siendo experimentada por grupos de investigadores de todo el mundo. "La Nasa ha calculado que en un plazo de entre 15 y 20 años se podrían desarrollar prototipos que envíen hasta diez megavatios a la Tierra", afirma Rafael Peña, científico del Departamento de Electrónica y Comunicaciones de la Universidad Europea de Madrid, uno de los escasos centros españoles que investiga esta tecnología. Sin embargo, para que este uso de la telealimentación se haga realidad, aún quedan por resolver algunas cuestiones técnicas y económicas como el desarrollo de láseres de mayor potencia o el abaratamiento de los envíos de material al espacio, explica el investigador.De momento, en el laboratorio de la Universidad Europea, Peña y una joven investigadora de 23 años, Esther Rodríguez, trabajan en la transmisión de energía solar fotovoltaica a distancia de forma inalámbrica y a muy bajo coste: han fabricado un prototipo que puede impulsar un vatio de energía a diez metros de distancia. "Se trata de un sistema sencillo, que utiliza materiales baratos que cualquiera puede adquirir en el mercado, como células solares de silicio y lámparas halógenas, aunque también podría funcionar con láser o LED"-afirma Peña- "pero las bases son las mismas que para las aplicaciones futuristas de la telealimentación". Sin peligroEl investigador destaca que la telealimentación es especialmente interesante para resolver aquellos casos en los que la existencia de cables que transmiten electricidad supone un peligro: "por ejemplo, en las líneas de alta tensión que pueden atraer los rayos y que hay que aislar del suelo; o en el caso de los motores de rotación, en los que el cable de alimentación puede enredarse y provocar un accidente". Al ser eliminado el soporte que conduce la electricidad en favor de un dispositivo óptico, también se eliminan las chispas; por lo que la aplicación de esta tecnología en refinerías o minas, por ejemplo, supondría grandes beneficios en materia de seguridad. La telealimentación también podría evitar que los aviones se detuvieran a repostar, o que los robots de exploración espacial funcionaran mejor.El objetivo del grupo de investigación de la Universidad Europea de Madrid es mejorar el prototipo que han desarrollado, aumentando la distancia a la que pueden transmitir la energía mientras mantienen la potencia de un vatio.Por otro lado, la Universidad Politécnica de Madrid, pionera en España en cuanto a la investigación de la telealimentación fotovoltaica, está desarrollando un novedoso sistema basado en una patente propia que permitirá la recarga a distancia y mediante energía solar de tradicionales dispositivos médicos como marcapasos, a través de fibra óptica, evitando así las intervenciones para sustituir sus baterías.