Prevé captar pedidos por el retraso del superjumbo A380 MADRID. El presidente del fabricante estadounidense Boeing, Jim McNerney, admitió problemas en el desarrollo de su nuevo modelo estrella, el avión de larga distancia y capacidad media 787, pero se mostró confiado en cumplir los plazos de entrega."Para el 787, nos enfrentamos a problemas de peso y de calendario y los resolvemos a medida que se presentan. Pero confiamos en entregar los primeros aparatos en la fecha prevista, es decir, a mediados de 2008", explicó McNerney en una entrevista publicada por el dominical francés Le Journal du Dimanche.Consideró "indudable" que el conflicto comercial entre Europa y Estados Unidos por las ayudas a la industria aeronáutica se agravará si su competidor Airbus consigue avances reembolsables de los Estados europeos para financiar el programa del avión A350, diseñado para competir con el 787 de Boeing. Pero McNerney quiso mostrarse conciliador e insistió en que "queremos llegar a una solución negociada en que las dos partes hagan concesiones mutuas. Creo que en cada bando los gobiernos quieren acelerar el ritmo de discusiones". Preguntado sobre si los retrasos admitidos por Airbus va a decantar a algunas compañías hacia la versión ampliada del Boeing 747, respondió que "es seguro que habrá arbitrajes favorables al 747-8".