Las provisiones arrastran al grupo a pérdidas de 2.275 millones si se incluyen las cifras de Bankia Las mayores entidades ganan cuotas de mercado en depósito procedente de antiguas cajas débilesLa tarea de limpieza del ladrillo casi sepulta el beneficio de la gran banca sana en el tercer trimestre. El Santander, BBVA, CaixaBank, Popular y Sabadell apenas han cosechado 329,08 millones de euros de ganancias entre julio y septiembre; y la cifra se torna en números rojos superiores a los 2.275 millones si se incluye a Bankia en el grupo -perdió 2.605 millones en tres meses-. Las escuálidas cuentas son fruto de ese difícil equilibrio entre evitar los resultados negativos para soslayar su potencial impacto en la bolsa e, incluso, en el dividendo, y cumplir con las exigentes provisiones dinamadas de los dos reales decretos de saneamiento del Gobierno. Entre las seis deben atender más de 36.600 millones en provisiones contra la cuenta de resultados o recursos propios solo para cumplir con las nuevas exigencias. La morosidad en escalada Hasta septiembre habían cubierto casi al 70 por ciento el esfuerzo. El tercio restante lo completarán este año o en la primera mitad de 2013, lo que podría exprimir aún más el resultado del último cuatrimestre pero anima a los banqueros a augurar mejoras sustanciales en las ganancias del próximo ejercicio simplemente por el hecho de dejar atrás la fuerte losa de limpiar el ladrillo. Un ejercicio que ha disparado la morosidad contabilizada para su posterior saneamiento en todos ellos, llegando a duplicarse en Bankia. En los primeros nueve meses, el beneficio conjunto de Santander, BBVA, CaixaBank, Popular y Sabadell se ha limitado a 3.975 millones de euros frente a los 9.902 millones cosechados en idéntido periodo del pasado ejercicio, cuando la crisis ya daba dentelladas al negocio y beneficio. La caída del 59,8 por ciento se explica en gran parte precisamente en las normativas aprobadas en febrero y mayo de este año para desalojar la desconfianza en la banca española, forzándola a acumular un colchón de dotaciones equivalente al 45 por ciento del valor de toda su exposición inmobiliaria -crédito promotor moroso y sano, e inmuebles adjudicados-. En la comparativa se excluyen las pérdidas de 7.053 millones reportadas por Bankia hasta septiembre, tras efectuar 10.098 millones en provisiones -el pasado año ganó 295 millones en los nueve meses-. La entidad, que ha solicitado 19.000 millones en ayudas, ha extendido el ejercicio de saneamiento a otros activos o créditos desligados del ladrillo antes de evacuar los activos problemáticos al banco malo. No obstante y en términos generales, el mayor drenaje lo provoca la limpieza de la exposión inmobiliaria y es la que deja en cifras minúsculas el resultado generado entre julio y septiembre. Por ejemplo, CaixaBank salva el trimestre con un testimonial beneficio de siete millones. Su factura a atender por los dos reales decretos se elevaba a 6.759 millones, engordada por la absorbida Banca Cívica. Podría distribuirla entre varios trimestres más por dicha fusión, pero ha acelerado el esfuerzo y solo le quedan 1.502 millones por cubrir o el equivalente al 22 por ciento. El beneficio del SabadellCAM se limitó a unos 500.000 euros entre julio y septiembre. Tenía que atender 3.200 millones y ha cubierto el 75 por ciento -los 800 millones restantes quedan para la primera parte de 2013. También Bankia ha atendido el 75 por ciento de los nuevos requerimientos y le restan 2.685 millones -incluye el saneamiento de su matriz BFA-. El más rezagado es Banco Popular, con solo un 36,4 por ciento de los 7.700 millones de dotaciones exigibles dotados. Le quedan 4.900 millones por atender entre provisiones y capital, pero tiene el margen de un año extra del que disfrutan entidades con fusiones recientes -en su caso la del Pastor-. El extremo opuesto es el Santander. Ha dotado el 90 por ciento de los 6.800 millones exigibles. Le restan 700 millones. Ha esquivado reportar pérdidas en el negocio de España al aprovechar la estructura de grupo y cargar el esfuerzo en la banca corporativa. En BBVA, en cambio, la división doméstica asume las dotaciones y lo sufre con números rojos, aunque gana 146 millones en el tercer trimestre a nivel grupo. A BBVA le resta por provisionar 1.568 millones, un 38 por ciento. Pérdidas en España La última línea de resultados no refleja el negocio. La gran banca ha monetizado la debilidad de algunos rivales, principalmente antiguas cajas de ahorros en proceso de reestructuración y recepción de ayudas. Ganan cuota en negocios como los depósitos, favorecidos por la migración del ahorro temoroso a marcas con una apariencia de mayor solvencia, y no es descartable que en los próximos meses se profundice la tendencia. El Santander, por ejemplo, gana 125 puntos de cuota con la captación de 14.000 millones en depósitos en los nueve meses. El Popular araña 60 puntos básicos y BBVA suma 195 puntos, aunque una parte lo suma la incorporación a su perímetro de Unnim. El Sabadell da un importante salto de escala y gana un 1,88 por ciento más de la tarta de depósitos: 22 puntos básicos los logra en solitario y el porcentaje restante proceden de la integración del balance de la CAM. Bankia, en contraste, ha reconocido una salida de 14.257 millones en ahorros de clientes en dichas imposiciones entre enero y septiembre. La incertidumbre provocada por su nacionalización y la solicitud milmillonaria de ayudas precipitó las retiradas en los primeros días, pero la entidad ha contenido la fuga y solo pierde 100 puntos básicos de la tarta -su cuota cae desde el 10,4 por ciento de diciembre pasado al 9,4 en septiembre-. La salida más acusadas se concentra en imposiciones ligadas a las cámaras de compensación e instrumentos financieros utilizables para obtener liquidez en el BCE. Su limitado impacto apunta a una translación también del ahorro desde otras entidades a los grandes.