Mientras la nueva normativa está enfrentando a productores de distintas autonomías con peso en el sector, las industrias elaboradoras del cerdo, agrupadas en Aspiace, tiene un criterio "unánime" de rechazo "frontal" a los planes de Cañete. Su presidente, el salmantino Carlos Díaz, coincide con las posiciones de Castilla y León y reconoce que el ibérico puro apenas supone el 5 por ciento de la producción nacional porque "tiene mucha grasa y sale muy negro y el consumidor no lo quiere". De la misma manera, afirma que el 90 por ciento de las características organolépticas de los productos ibéricos lo da la alimentación, por lo que si relega el término "de bellota" a un segundo plano será perjudicial para su comercialización, que supone el 90 por ciento de lo que se consume ahora mismo. Aspiace, que muestra su "total rechazo" a los planes del Ministerio, en fase de debate, defiende que la modificación de la norma sólo puede hacerse con el consenso de todos, "algo que ahora es prácticamente imposible porque ya se han establecido muchas líneas rojas". "De las propuestas iniciales se ha querido hacer un mezcla con todas las posturas extremas para contentar a todos en vez de buscar el punto medio. El resultado ha sido justo lo contrario de lo que se pretendía y no contenta a nadie", dice. De no haber acuerdo, Aspiace defiende mantener la actual normativa como está, aunque mejorándola en aquellos aspectos en los que ha fallado, fundamentalmente en los controles. La asociación empresarial advierte que la nueva normativa dejará sin futuro y viabilidad a la inmensa mayoría de las pymes tradicionales del sector.