La CNE crea una sala con acceso restringido para la información de E.ONmadrid. La Comisión Nacional de la Energía vive inmersa en una película de espías de los años ochenta. La presidenta del organismo regulador, Maite Costa, ha instalado hace un par de meses cajas fuertes en los despachos de los consejeros y los directores generales de la institución, tal y como indicaron fuentes consultadas por este diario.Estas medidas de seguridad extrema se han tomado para evitar las constantes fugas de información que se producen en la institución y que preocupan a los máximos responsables de la organización. Es habitual que algunos informes circulen por Madrid antes aprobarse y que se filtren decisiones antes de ser comunicadas a las partes afectadas, la misma E.ON se ha quejado en diversas ocasiones sobre esta situación, ya que consideran que puede afectar a su negocio.La Comisión ha adoptado también una serie de medidas más sutiles. La CNE ha repartido a los consejeros parte del informe técnico que comenzará a analizar en los próximos días. Para poder detectar la fuga de documentación ha realizado leves cambios en los contenidos y puntos claves para saber de donde provienen las filtraciones.La eléctrica alemana E.ON ya pidió a la Comisión Nacional de la Energía que tuviera mucho cuidado con la documentación que enviaba, ya que considera gran parte de estos datos información estratégica para su negocio.Para dar cumplimiento a las exigencias de los abogados de E.ON, la CNE ha creado la llamada "data room" en la que se resguardan los más de 30.000 folios que ha entragado y que tiene acceso restringido para los miembros del regulador. Algunos de los directores generales de la CNE cuentan que incluso han adornado con una planta esta nueva instalación de su despacho, tal y como han indicado fuentes conocedoras del mismo.La Comisión Nacional de la Energía prevé comenzar a estudiar el informe definitivo sobre la oferta de E.ON el próximo 27 de julio y se espera que para el día 28 se conozca la decisión de aprobar o rechazar la opa. Esta situación ha comenzado ya a poner nerviosos a los agentes implicados cuyas presiones sobre el organismo son ya patentes.