Merkel abre la puerta a Dublín para una opción que se negó a España El tema de la recapitalización directa de la banca amenaza con envenenar la Unión Europea. Después de que la canciller alemana, Angela Merkel, asegurara la semana pasada que este mecanismo no estará disponible para la banca española, ayer Irlanda terminó de enredar las cosas. El primer ministro Ensa Kenny emprendió desde el viernes pasado toda una campaña con el fin de conseguir para Irlanda lo que se le había negado, al menos de palabra y de momento, a España. El domingo telefoneó a la canciller y resultado de ello fue un comunicado conjunto en el que reconocían que las "circunstancias únicas" de la crisis irlandesa requieren "un trato especial" para su banca. Horas más tarde fue matizado por el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, quien arrojó más confusión. Confirmó que los dos mandatarios abordaron el "caso especial" de Irlanda y que el comunicado emitido posteriormente es una "reafirmación" de lo acordado en junio, pero añadió que "ningún país se asemeja a otro en su problemática derivada de la crisis". Al embrollo se sumó ayer el presidente francés, François Hollande, al asegurar que tanto su país como Alemania van a defender que el Eurogrupo tenga en cuenta "la especificidad" de la recapitalización que ya se hizo de los bancos irlandeses, y la diferenció del caso español, que se tratará "en las próximas semanas". El Eurogrupo tendrá la última palabra, al encargarse de aclarar la operativa del Mede (Mecanismo Europeo de Estabilidad).