E l pasado 14 de septiembre el Consejo de Ministros daba luz verde, por fin, a la anhelada reforma energética. No es ningún secreto que las medidas adoptadas, principalmente vía impuestos para reducir el desajuste eléctrico cifrado en 5.400 millones de euros, no han sido del agrado del sector. Sin embargo las medidas están ahí y, ahora, la principal preocupación del Gobierno se centra en llevar a cabo una profunda reforma del mercado para acabar definitivamente con el déficit de tarifa. Entre los ajustes en los que se encuentra trabajando el Ministerio de Industria está la modificación del bono social, es decir, la tarifa protegida para potencias menores de 3 kW o para las familias más desfavorecidas, y que conducirá a una mayor liberalización del sector eléctrico que, actualmente, se encuentra regulado por la Tarifa de Último Recurso (TUR) para potencias inferiores a 10 kW y con el denominado bono social. Otra de las tareas pendientes tiene como protagonista al sector de las renovables. Tras el parón decretado el pasado mes de enero para la instalación de tecnologías poco maduras y cambiar el sistema para las más asentadas con una reducción de la prima, el Ministerio ya se encuentra trabajando en la reforma de la política de renovables, que se basaría en fijar subastas con estímulos fiscales, tal y como avanzaba la propuesta energética realizada por FAES. Por lo que se refiere al mercado mayorista, Industria tiene pendiente llevar a cabo una reforma que permita ampliar las modalidades de contratos y aplicar exenciones fiscales al consumidor. Otra de las reformas afectaría al Consejo de Seguridad Nuclear y a su estatuto con el fin de agilizar los trámites de las plantas. Asimismo, Industria pretende fomentar la vigilancia de la competencia en electricidad e hidrocarburos. Por otra parte, y después de que el Tribunal Supremo echara por tierra la fórmula actual porque provoca graves pérdidas a los operadores, el Ministerio tiene pendiente fijar una nueva metodología de cálculo para el butano. También deberá regular la bombona social para los más desfavorecidos. Como acabamos de comentar, la reforma energética se aprobaba el pasado septiembre. Todos la esperaban con mucho afán, pero también con gran inquietud y, al final, el descontento ha sido general. Los consumidores La mayor parte de los impuestos han recaído en las eléctricas (1.692 millones de euros), ya que también se imponen tributos a la centrales de generación. Las renovables soportarán unas tasas que les supondrá un desembolso de 688 millones y, lo peor de todo, la parte que, impepinablemente, recaerá en el consumidor (522 millones ), principalmente a través del recibo del gas. También se regulan por primera vez los ingresos obtenidos por las subastas de derechos de emisión de CO2, que sufragarán el déficit de tarifa mientras que, el Tesoro, asumirá 2.066 millones del coste financiero de la deuda eléctrica. En el caso de la energía nuclear, el Gobierno recaudará 269 millones de euros. Además, el ministro ha sustituido los actuales tributos de las comunidades autónomas en esta materia para unificar las tasas de las autonomías. Por otra parte, las compañías tendrán que soportar un canon hidráulico mediante el que el Estado recaudará más de 300 millones de euros. La reforma también contempla otra serie de impuestos sobre diferentes tecnologías contaminantes gracias a los cuales obtendrá 1.110 millones de euros a través del llamado céntimo verde al gas natural, que se repercutirá a los consumidores y a los ciclos combinados (804 millones), al carbón (268 millones) y al fuel y gasóleo (38 millones). En el caso de las renovables, el Gobierno ha optado por una tasa del 6 por ciento a aplicar a los ingresos obtenidos, tanto para el régimen ordinario (571 millones), como para el régimen especial (688 millones). Además, las renovables que utilicen combustible fósil para su actividad, no recibirán primas por la parte de producción correspondiente al hidrocarburo, a excepción de la biomasa, que queda fuera de este recorte (aunque no se libra del 6 por ciento) por su contribución en la limpieza de montes y prevención de incendios.