Las trabas europeas por las elevadas ayudas tumban la integración Ibercaja ha decidido romper definitivamente su fusión con Liberbank ante las dificultades para que prosperase la operación, ante las trabas de Bruselas a aceptar integraciones de entidades con déficit de capital. La entidad presidida por Amado Franco anunció ayer de manera oficial la ruptura con el grupo asturiano que, en principio, seguirá en solitario. Según un comunicado, ha decidido no aprobar la unión en los términos pactados a finales de junio. A los condicionantes europeos se ha sumado los cambios de poder y peso que la zaragozana quería imponer para mantener el plan, tras las necesidades cuantificadas por los test de estrés elaborados por Oliver Wyman. La intención de Ibercaja es continuar su proyecto en común con Caja3, pactado en febrero, pero las objeciones comunitarias dejan en el aire la absorción. La primera, a pesar de las palancas que tiene, requiere de 226 millones en el peor de los escenarios. La segunda, de 779 millones. Ambas defienden que la integración puede continuar, pero las autoridades europeas consideran que dos entidades con problemas no dan como resultado una sana. Negociación con Bruselas De momento, intentarán convencer a Bruselas de las bondades del proyecto, aunque van a presentar estos días un plan alternativo en solitario. En este, Ibercaja reflejará que no tendrá que solicitar ayudas públicas gracias a la venta de determinados activos. Más complicada tiene su supervivencia en solitario Caja3 debido a su pequeño tamaño. Podría verse en una situación comprometida si finalmente la UE decide no aceptar la absorción por parte de Ibercaja. No obstante, al igual que lo que sucede con Caja España-Duero, el protocolo de intenciones es anterior a la solicitud del rescate europeo, por lo que su saneamiento podría ser previo a la operación. Es decir, Caja3 traspasaría antes activos al banco malo para reducir la factura de las ayudas lo máximo posible. El plan de la asturiana Liberbank se unió a finales de junio a la operación a tres bandas con el objetivo de poder cumplir con los dos decretos de provisiones impulsados por Luis de Guindos. Ahora el proyecto es inviable, según Europa, por la cuantía de las ayudas públicas. Según Oliver, la integración de las tres acarrearía un déficit de 2.203 millones, 100 millones más que por separado. La entidad que preside Manuel Menéndez precisa sólo de manera individual 1.198 millones. Tal desfase complica su futuro. Desde el grupo aseguran que cuentan con herramientas suficientes para cubrir gran parte e, incluso, todo este desfase de capital. El grupo ya ha puesto en marcha su plan para reducir a menos del 2 por ciento las ayudas que solicitaría sobre sus activos en riesgo, con el objetivo de evitar incluso una recapitalización preventiva en diciembre. De esta manera tendrá que conseguir por sus propios medios más de 650 millones de euros. De momento ha conseguido 100 millones con la venta del 5 por ciento de Enagas. Cuenta con más participadas de las que podría desprenderse en los próximos meses, entre ellas un 5 por ciento de Electricidad de Portugal (EdP), GAM e Indra. Entre sus objetivos también entraría la búsqueda de inversores privados que entren en su accionariado. Hace una año varios fondos paralizaron su inversión ante la situación económica y la incertidumbre existente sobre la banca.