La Autoridad Bancaria le otorga un capital del 10,2%, superior a los dos grandesLa proliferación de exámenes a la banca corre el riesgo de empezar a confudir más que arrojar luz sobre su situación, al revelar resultados tan dispares como lo son sus metodologías. Un ejemplo palpable: el Popular se ha visto forzado a lanzar con urgencia un plan recapitalizador para evitar recibir ayudas públicas y, sin embargo, supera con holgura la última prueba de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). El organismo exigió a la gran banca -61 entidades en toda Europa- subir su capital principal al 9 por ciento antes del pasado mes de junio y ayer ofreció los resultados individuales. La EBA detalló que la entidad presidida por Ángel Ron supera el corte con un 10,26 por ciento, umbral que excede al alcanzado por bancos como el Santander (9,49 por ciento), BBVA (9,86 por ciento), Société Générale (9,89 por ciento), Deutsche Bank (10,22) y es similar al de Unicredit (10,36). La mejor nota en la gran banca española la logra La Caixa, con un 11,11 por ciento, y Bankia no figura en el resultado de la EBA previsibiblemente por la particular situación, al estar en puertas de ser recapitalizada con dinero público. Sin embargo, el ejercicio liderado por Oliver Wyman en España suspende al Popular y le atribuye un déficit de capital de 3.223 millones que debe recomponer en pocos meses para evitar el estigma de ser receptora de ayudas, mientras que el Santander y BBVA encabezan el grupo de los solventes. A Bankia le atribuye una carencia de 24.743 millones en recursos propios. Y es que la medología no tiene nada que ver. La EBA exige un capital mínimo del 9 por ciento, muy superior al regulatorio, pero casi a foto fija. Es decir, sólo estresa la cartera de deuda soberana porque obliga a contabilizar los títulos a valores próximos a los de mercados en perjuicio de entidades como las españolas, grandes tenedoras de deuda pública nacional castigada en los mercados. La EBA no somete los balances de los bancos a ningún otra prueba de resistencia, a diferencia del análisis realizado en España. El trabajo de Oliver Wyman ha sido comprobar la capacidad de resistencia de las entidades bajo un escenario de crisis agravada donde la economía caería un 6,5 por ciento entre 2012 y 2014, el paro se dispararía al 27 por ciento o la morosidad escalaría al 87 por ciento en promotores (está en el 26), al 27 por ciento en empresa (ronda el 8 por ciento) o al 15 por ciento en hipotecas (es poco más del 3 por ciento). El banco que no aguante con un 6 por ciento de capital tendrá déficit y deberá captar recursos propios. El estudio de la EBA tampoco incorpora las nuevas exigencias de saneamiento del ladrillo, responsables en gran parte del agujero cifrado por Oliver Wyman. El examen de la EBA se puso en marcha para recuperar la confianza en una banca a la que se obligaba a recapitalizarse y estaba llamado a decaer con la entrada en vigor Basilea III a partir de 2013. La banca confiaba en poder reducir su capital tras la última prueba. Sin embargo, la EBA abogó por mantener exigencias conservadoras y permitir reducir el capital sólo en casos excepcionales y previo acuerdo entre los supervisores.