Los analistas aseguran que las ventas podían haber sido aún mayoresTan sólo 72 horas después de salir a la venta en suelo estadounidense, Apple vendió un total de cinco millones de unidades de su nuevo smartphone, el iPhone 5. Una cifra que superó la marca dejada por su predecesor el iPhone 4S, del que se despacharon hasta cuatro millones de unidades durante su primer fin de semana en las tiendas. Sin embargo, esta voraz demanda dejó cierto sabor agridulce entre los analistas que tienen dudas sobre la capacidad de la de Cupértino para satisfacer a sus clientes. "Pensamos que las ventas podrían haber sido potencialmente mucho mayores si no hubiera habido restricciones con la producción del aparato" aseguró en un informe William Power, analista de Baird Equity Research. Cierto es que pese al sorprendente número de ventas del iPhone 5 durante su primer fin de semana en el mercado, los expertos proyectaban un mayor número de ventas. De ahí que las acciones de Apple celebraran esta buena nueva con caídas superiores al 1 por ciento para comenzar la semana, por lo que la compañía de la manzana perdió los 700 dólares por título. Al fin y al cabo, la presión sobre Tim Cook, consejero delegado de la compañía, y su equipo es más que evidente, sobre todo si tenemos en cuenta que a día de hoy se espera que la de Cupértino consiga despachar entre ocho y 10 millones de iPhone 5 antes de que termine el cuarto trimestre fiscal de Apple. Los problemas experimentados por sus proveedores podrían poner a la compañía fundada por Steve Jobs contra la espada y la pared. No hay que olvidar que Sharp, encargado de fabricar la pantalla del nuevo teléfono móvil de Apple, intenta encontrar financiación a toda costa para poder reducir su deuda. Por otro lado, Foxconn Technology Group se vio obligado ayer a cerrar una de sus fábricas en China tras una pelea dentro de una de las áreas del recinto en la que estuvieron implicados alrededor de 2.000 empleados.