La compañía de cambio de divisas quiere llegar a 28 países en el año 2016Si alguna empresa sabe cómo encarar una crisis, esa es Global Exchange. La compañía salmantina de cambio de divisas estuvo a punto de desaparecer en 2001 con la llegada del euro. Apostó por internacionalizarse y hoy es el tercer operador mundial en este sector. Global Exchange se enfrenta ahora a los "caprichos" de la presidenta argentina. Tras la expropiación de YPF Cristina Fernández de Kirchner ha vuelto a poner en el punto de mira a las empresas españolas y ha decidido cerrar las seis oficinas de cambio con las que Global Exchange operaba en ese país. Lejos de arrugarse en sus planes de expansión, la compañía salmantina ha puesto en marcha un nuevo plan estratégico que prevé triplicar su volumen de negocio en los próximos años. Así, esta empresa familiar que ha basado su crecimiento en la internacionalización y en "ser mejores que la competencia yendo un paso por delante", pretende estar presente en 2016 en 28 países con 370 oficinas que atenderán a 8,5 millones de clientes. Además, incrementará su plantilla hasta los 2.500 trabajadores. El objetivo es seguir consolidando su posición de líderes en Latinoamérica, y afianzar su crecimiento en el norte de África, Europa Mediterránea, Asia y Oriente Medio. Reinversión El plan se llevará a cabo a través de la reinversión total de los beneficios por parte de los accionistas. No obstante, al ser un plan muy ambicioso, la compañía no descarta recurrir a financiación externa A nivel corporativo, el tropiezo en Argentina, país al que han viajado los principales responsables de la compañía para levantar la prohibición, justificada en la obligación del Banco Central de que sólo las entidades públicas pueda mantener casas de cambio y en un supuesto mayor control de las divisas que entra y salen del país, no va a ser trascendente al afectar a sólo una de sus 15 filiales. Además, alega la compañía, debido a la situación tan crítica que Argentina está viviendo con el turismo y teniendo en cuenta que está dejando de ser un país atractivo para viajar, no afectará de forma determinante al negocio, dado que en Latinoamérica son líderes. Recientemente, Global Exchange ha comenzado a operar en Paraguay, concretamente en el aeropuerto de de Silvio Pettirossi de Asunción mediante tres oficinas, y tienen previsto la apertura a final de año de cuatro oficinas de cambio en el aeropuerto de Amán. Desde julio opera en el aeropuerto de Palma de Mallorca. Global Exchange surgió cuando la cuarta generación de la familia Alanís Marcos, presente en el mundo de los negocios desde el siglo XIX, decidió dar servicio a los numerosos turistas que visitaban el centro comercial que tenían en Fuentes de Oñoro, en plena frontera con Portugal. En 1996 crearon Eurodivisas S.A, empresa matriz de Global Exchange, que se extendió por toda España hasta alcanzar 16 sucursales repartidas en los puntos fronterizos con Portugal y en las más importantes ciudades turísticas de nuestro país. La llegada del euro y la desaparición de 12 monedas extranjeras puso fin a las necesidades de cambio de divisas y la compañía tuvo que cerrar el 95 por ciento de sus oficinas. Como contrapartida, apostó por abrir mercados y creó Global Exchange para llevar su actividad fuera de nuestras fronteras. La estrategia de la compañía se dirigió a América Latina y, en especial, a Argentina, donde abrió en 2001 varias oficinas de cambio en los seis principales aeropuertos. A partir de ahí se fueron implantando en países como Uruguay, Costa Rica, República Dominicana, México o Guatemala, hasta convertirse en líderes del sector en esta zona geográfica y llegar en la actualidad a estar en el podio mundial en el sector del cambio de moneda, con 120 oficinas en 37 aeropuertos internacionales de 15 países y 4 continentes. Cuenta con una plantilla de 900 trabajadores que atienden a tres millones de clientes. Hoteles y centros comerciales Global Exchange está especializada en el cambio de moneda entre el público turista y, por ello, su estrategia se centra no sólo en aeropuertos sino también hoteles, centros comerciales o cualquier punto con una gran afluencia turística, línea de negocio que ya ha puesto en marcha en países como República Dominicana, Jamaica y México.