El Gobierno ha rechazado aplicar las medidas retroactivas de IndustriaLa vicepresidente del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, recibió la semana pasada el encargo de dirigir la reforma energética tras el enfrentamiento que desde mediados de julio mantenían los titulares de Industria, José Manuel Soria, y de Hacienda, Cristóbal Montoro. La número dos del Gobierno, que recibió el encargo del presidente, ha sido rápida y en apenas una semana ha sido capaz de poner en orden las ideas que manejaban ambos departamentos para articular una propuesta, que a diferencia de lo que es habitual, no será un real decreto ley, sino que tendrá una tramitación completa en el Congreso y en el Senado para poder entrar en funcionamiento el próximo 1 de enero de 2013. El Consejo de Ministros sorprendió ayer al aprobar esta primera parte de la reforma energética. Las grandes eléctricas del país no esperaban que los movimientos se produjeran con tanta rapidez y tan sólo alguna de las grandes empresas de renovables tenía conocimiento de lo que se estaba llevando a cabo entre las bambalinas políticas. Los equipos de Industria y de Hacienda habían negociado en las últimas horas una tercera vía, que se aceleró con el órdago lanzado por las eléctricas sobre el cierre de la central nuclear de Garoña y el incremento de la inseguridad jurídica que estaba provocando el retraso en la reforma y que ya era un comentario destacado por parte de las principales casas de análisis bursátil y de agencias de calificación crediticia. El ministro de Industria no tuvo reparos para reconocer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que muchas de las propuestas que había planteado su departamento finalmente no habían llegado a buen puerto. Propuestas desarticuladas Soria, por ejemplo, recordó la propuesta de una quita a las eléctricas del déficit de tarifa, al tiempo que recordó que su Ministerio planteó un recorte de las primas, similar al realizado por el Gobierno anterior, amparándose en las sentencias del Tribunal Supremo que permitían los recortes de la retribución de la energía fotovoltaica. El titular de Industria también confirmó que su departamento había trabajado en la propuesta, adelantada por elEconomista, que preveía la imposición de tasas distintas por tecnología, entre las que destacaban la del 19 por ciento para el sector fotovoltaico y la del 11 por ciento para la eólica, que ponían a algunas de las principales empresas del país en números rojos y que generaron el aluvión de críticas del ministro de Hacienda. Montoro quería que prevaleciera una tasa homogénea con el objetivo de que no fuese calificada como discriminatoria en los tribunales de justicia. Además, existe el precedente de las maniobras en la tarifa eléctrica, en el bono social y en los cargos a la tarifa para financiar las estrategias de eficiencia energética, donde las compañías han conseguido tumbar estos parches con sentencias contundentes del Tribunal Supremo. Ahora la primera parte de la reforma, la que estaba tambien en el tejado de Montoro, ha finalizado, pero el responsable del departamento no compareció con Soria para la presentación, un hecho que sirve para mantener la incertidumbre sobre la relación entre ambos departamentos.