Si el Estado español quisiera tener el mismo peso en el gigante nacido de la fusión entre EADS y BAE Systems tendría que invertir en bolsa aproximadamente 750 millones de euros para comprar un paquete accionarial del 3,6 por ciento. Con esta operación, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales pasaría a controlar el 9 por ciento del consorcio aeronáutico europeo. Como la ecuación de canje inicial se ha establecido en un 60 por ciento para EADS y un 40 por ciento para BAE Systems, España seguiría controlando el 5,4 por ciento del nuevo gigante, el mismo porcentaje que antes del anuncio. La duda reside en saber si Sepi, que está controlada por el Ministerio de Economía, podría disponer de este dinero en un momento tan delicado para las finanzas españolas. En la actualidad, España tiene un representante en el consejo de administración de EADS, Josep Piqué, pero este puesto de privilegio podría desaparecer si su participación se diluye y pasa del 5,4 por ciento al 3,2 por ciento. De hecho, en teoría España no tendría por qué tener ningún miembro en el consejo de administración, ya que los acuerdos de creación de EADS -que nació en el año 2000 fruto de la fusión de la española Casa, la francesa Aerospatiale Matra y la alemana Dasa- dejaban bien claro que la Sepi ya no tendría voz y voto en el órgano de gobierno de EADS a los tres años del nacimiento del grupo. La razón era que el Estado español se había comprometido a vender su participación. Desde el 8 de julio de 2003, la Sepi dejaba de tener derecho a nombrar consejero pero seguía teniendo representante gracias a un pacto entre accionistas alemanes y franceses. En 2007 se modificó el código de buen gobierno de EADS para que el consejero español pasara a ser de pleno derecho, aunque se marcaba fecha de caducidad: "Sepi tiene derecho a nombrar un consejero mientras la participación de Sepi en EADS sea del 5 por ciento o superior, pero en cualquier caso hasta la junta general de accionistas que se celebre en el año 2012", según recoge la documentación de la junta. El evento ya se celebró el año pasado y el consejero español en EADS se relevó tras el cambio de Gobierno: salió Juan Manuel Eguiagaray y entró Josep Piqué. Antes del anuncio de la fusión con BAE Systems, el dilema era saber qué iba a pasar en la junta general de accionistas de 2013 y si se prorrogaría ese derecho. Ahora, con el nuevo escenario accionarial, puede que los acontecimientos se precipiten y que los nuevos socios británicos no acepten que un Gobierno que sólo tendrá el 3,2 por ciento de una compañía tenga representación. Aunque el hipotético desembolso de 750 millones es un esfuerzo económico considerable, la cifra podría haber sido aún peor: el valor en bolsa de EADS se ha hundido más del 15 por ciento en dos días.