Merkel bendice las reformas y niega que haya exigido nuevas condiciones al Gobierno de MadridBuenas palabras, elogios mutuos y pocas, o mejor dicho, ausencia total de respuestas y de soluciones. Así transcurría ayer la comparecencia pública del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y de la canciller alemana, Angela Merkel, tras el almuerzo de trabajo que ambos mandatarios mantuvieron en La Moncloa. Un almuerzo del que, a tenor de su gris comparecencia, sólo se pudieron extraer tres conclusiones: que Merkel está encantada, o eso dice, con las reformas adoptadas por el Gobierno español; que Rajoy no sabe, o no contesta, si pedirá la ayuda europea para que el BCE compre deuda española; y que el presidente no tiene intención de bajar o congelar las pensiones... "en este momento". Por lo demás, nada fuera del guión. La canciller bendijo las reformas fiscales y estructurales emprendidas por España y pidió a Rajoy que materialice "de forma creíble" la senda reformista, y ambos mandatarios coincidieron en la necesidad de "trabajar más intensamente en la integración europea; y ambos negaron también que Merkel hubiera exigido nuevas condiciones al Gobierno de Madrid. "No he venido aquí a decir qué reformas tiene que hacer España", dijo Merkel. "Ni me lo he planteado", terció Rajoy, para añadir que "el compromiso es hacer las reformas que yo creo que son buenas", en un intento de reafirmar su independencia. "Si acaso, atenderé las recomendaciones que se han hecho desde el Consejo Europeo, como otros países", apostilló el presidente español que, a pesar de todo, si admitió haberse comprometido a seguir con los ajustes ya implementados. Unas reformas en las que, por ahora, no entra a tocar el sistema de pensiones. "Lo más importante para mantener el sistema público de pensiones es que haya gente trabajando", dijo Mariano Rajoy, quien repitió las palabras pronunciadas a finales de julio durante la visita del premier italiano, Mario Monti, " hemos tomado decisiones que no han sido gratas para muchas personas, las que tienen mayores dificultades, y no tengo intención de cambiar el status quo de las pensiones en este momento". Y, fiel a su estilo de responder a la gallega, el jefe del Gobierno español eludió pronunciarse sobre la posibilidad de que el Ejecutivo recurra al fondo de reserva de la Seguridad Social. "No puedo responder sobre el uso del fondo de reserva. Si se usara, se usaría para lo previsto en los propios estatutos y en la propia ley que creó el fondo de reserva y no para otra cosa distinta", indicó. En esa misma línea de indefinición, Mariano Rajoy tampoco aclaró si España pediría la ayuda europea para acogerse a la compra ilimitada de bonos, entre uno y tres años, aprobada por el BCE. "Cuando tenga alguna novedad se la contaré. Aún no he tenido tiempo de leer la comparecencia de Mario Draghi", respondió el presidente español a una de las cuatro preguntas, dos por cada nacionalidad, a las que se limitó la comparecencia conjunta. Para volver a crecer, insistió, las prioridades son continuar con la senda de reducción del déficit, con la agenda de reformas y con la reestructuración del sistema financiero porque contar con un sector bancario "saneado y solvente" es un "tema capital" para el crecimiento y el empleo. En este sentido, el jefe del Ejecutivo aseguró que España volverá a crecer de forma sostenible cuando no gaste por encima de lo que tiene y cuando haga las reformas que necesita el país. "Ése es el objetivo, lo que hemos defendido siempre desde el Partido Popular, lo que hicimos en otro momento y lo que también he defendido en los Consejos Europeos". En este punto Rajoy informó de que en el encuentro bilateral con Merkel han dedicado gran parte del tiempo a analizar la situación de la UE y las acciones conjuntas a desarrollar. Y que han coincidido en que las "fuertes tensiones" de los mercados están provocando incrementos en las primas que no se corresponden con los fundamentos económicos ni los esfuerzos de consolidación. "Hoy queremos disipar de forma categórica cualquier duda en los mercados sobre la continuidad del euro", reiteró el primer ministro español tras asegurar que España y Alemania harán todo lo necesario para resolver la crisis del euro. Para conseguirlo, ambos dirigentes coincidieron, asimismo, en la necesidad de superar los "errores" en el diseño de la Unión Europea, partiendo de las decisiones tomadas en el Consejo Europeo de junio, por lo que trabajan juntos en la hoja de ruta para avanzar en la unión bancaria, fiscal y política. Sin comentarios del BCE Al margen de la unidad para salvar el euro, Merkel y Rajoy obviaron hablar de la decisión del Banco Central Europeo (BCE), a pesar de que mientras ellos almorzaban en La Moncloa, el gobernador, Mario Draghi, daba cuenta desde Fráncfort de la reunión del organismo, que ha autorizado un plan para comprar deuda pública en el mercado secundario con "condicionalidad" y siempre que los Estados miembros lo soliciten previamente. "Hemos hablado sobre lo que se está llevando a cabo, pero no hemos comentado para nada posibles condiciones", apuntaba Merkel, para recodar que el BCE "actúa dentro de su independencia y mandato", que incluye mantener la "estabilidad del valor de la moneda" con las medidas que crea "oportunas". Frente a eso, añadió, "los líderes políticos no están para valorar cuándo los tipos son demasiado elevados o no, sino para hacer los deberes políticos, para recuperar la confianza en el euro y que los mercados internacionales tengan la confianza en que los Estados miembro cumplirán sus compromisos". Dicho esto, recalcó que "todas las medidas que sirven a la estabilidad del valor del dinero, que es de lo que hablamos en el BCE, no pueden suscribirse a la voluntad política. Por eso, es importante que nosotros, como políticos, hagamos nuestros deberes. Y que los hagamos de forma tan creíble que los mercados recuperen su confianza en nosotros". Sí reconoció la canciller alemana que Rajoy le había informado de "la cooperación muy estrecha" que el Gobierno de Madrid está teniendo por parte de las comunidades autónomas, a las que también atañen las reformas porque "cuando se hacen reformas a nivel de país siempre tiene que cambiar algo a todos los niveles". Buena parte de su intervención la dedicó Angela Merkel ha intentar dar una imagen amable de su persona y de su Gobierno, consciente del deterioro que está sufriendo en España y otros países periféricos. A este respecto, subrayó la "relación de amistad" mantenida entre España y Alemania desde "hace décadas", asegurando que los "sólidos puentes que existen entre ambas sociedades no cambiarán". Admitió, sin embargo, que es consciente de la imagen que Alemania está granjeándose en España a consecuencia de la crisis, pero se mostró optimista sobre que esta reunión sirva para "que hablemos los unos con los otros y no los unos sobre los otros". "Esta visita favorecerá la comprensión mutua para poder hablar los unos de los otros. Es muy importante que en Europa resaltemos siempre lo que hacen los demás". Pasar por las reformas Insistiendo en su defensa, calificó de "muy malo" que la crisis lleve a los ciudadanos a "echar la culpa a un tercero cuando las cosas son difíciles" y ha afirmado que su intención no es "complicar la vida a los demás". "Tenemos que entender que ningún país quiere imponer algo difícil a otro porque sí. Tenemos que pasar por estas reformas porque es la única manera de salvaguardar nuestra prosperidad", ha dicho. Y es que, a su juicio, hay que aprovechar esta crisis para "lograr lo que no se logró en cooperación política cuando se introdujo el euro, para que "dentro de 20 años Europa siga siendo un continente que el mundo se tome en serio". "Eso me guía en mi política", continuó la canciller, quien expresó que "quiero que Europa siga siendo un continente del que uno se pueda sentir orgulloso, que se está haciendo cosas buenas. Por eso trabajamos tan duro. Pero juntos, porque 80 millones de alemanes no podemos hacer nada en un mundo de 7.000 millones de personas. Sólo juntos los 500 millones de europeos podemos hacer algo. Todos tenemos que juntarnos y hablar de lo que se está haciendo, que es mucho más de lo que se ha hecho en los últimos 15 ó 20 años y más rápido. Ésta es una gran oportunidad para Europa. Creo firmemente que Europa saldrá reforzada de la crisis".