Si hay un protagonista indiscutible de la Marca España, éste es sin duda el colectivo de ingenieros. Ellos fueron los responsables de los cambios que hicieron posible una España moderna, pero también son autores del cambio que viven ahora muchos países. Hablar de ingenieros es hablar del Canal de Panamá, del metro de India, del puente sobre el estrecho de Mesina... es hablar de la ingeniería made in Spain. El mundo entero mira con envidia a los ingenieros de una España a la que, hoy por hoy, paradojas de la vida, le sobran estos profesionales. El director General de Fidex, el Foro para la Ingeniería de Excelencia, Fernando Argüello, se lo ha dicho al Gobierno: los ingenieros son necesarios para salir de esta crisis. No hay dinero... No, pero ahora que no hay disponibilidades presupuestarias para acometer grandes obras, y que hay mucho tiempo para gastar el poco dinero disponible, es hora de hacer proyectos bien elaborados para que cuando llegue el momento de invertir se haga de manera eficiente y sin los habituales imprevistos derivados de un proyecto redactado con prisas y sin el suficiente rigor. ¿Hablamos de ingeniería o del sector de la construcción? Se trata de dos actividades complementarias, pero radicalmente diferentes. Las empresas de ingeniería son responsables de las labores de planificación y redacción de estudios y proyectos, mientras que las constructoras ejecutan físicamente las obras. Pero las dos han sufrido por igual los ajustes de Fomento. No. El importe de las inversiones en creación de infraestructuras se reparte entre ambos sectores en proporciones de aproximadamente un 4-5 por ciento para la ingeniería y un 95-96 por ciento para la construcción. Por este motivo insistimos en que, con muy poco esfuerzo, es posible mantener vivo un sector que ha desarrollado un nivel técnico y tecnológico que es admirado e imitado desde todo el mundo, y que está condenado a descomponerse si no se mantiene un mínimo de inversión en ingeniería. ¿Tan cruda es la situación actual? Sí, porque no sólo ha desaparecido la licitación de ingeniería desde el año 2011, sino que la inmensa mayoría de los contratos ya firmados se han paralizado, lo que está llevando a la rápida desintegración de equipos productivos que han tardado dos décadas en formarse. El Gobierno les ha prometido que habrá nuevas inversiones, pero mediante la fórmula de colaboración pública-privada. Lo vemos posible siempre que la inversión sea atractiva para el capital privado. Entendemos que no deben lanzarse a los inversores privados propuestas de infraestructuras que no tengan garantizada su viabilidad, lo que hace precisa una fase previa de optimización de la inversión en la que las ingenierías deberíamos estar muy presentes. La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha anunciado el famoso Pitvi (Plan de Infraestructuras, Transportes y Vivienda) a bombo y platillo. Es una nuena noticia, ¿no? Aún no conocemos el contenido del Plan ya que no será presentado hasta septiembre. Pero planificar una infraestructura no es sólo decir desde dónde y hasta dónde debe discurrir, sino justificar la inversión con criterios técnicos, sociales y económicos, seleccionar la solución más adecuada a cada problema y proponer una secuencia de actuaciones que contribuyan a su rentabilidad. Y esa labor sólo pueden hacerla las empresas especializadas en ingeniería civil de alto nivel. Nos hemos cansado de oír que en España ya está todo hecho. Y que se ha hecho más de lo necesario. Evidentemente se han hecho cosas que no eran necesarias. Ése es precisamente el problema de construir infraestructuras con criterios exclusivamente políticos, sin las necesarias labores de planificación previa. Desde Fidex siempre decimos que la infraestructura más cara es aquella que se construye sin ser necesaria, por barata que sea esa construcción. Pero pasar de ahí a decir que ya no queda nada por hacer constituye una actitud igual de extremista. Hay infinidad de cosas por hacer, además de conservar lo que ya tenemos. ¿Por ejemplo? Es necesario mejorar las condiciones de los accesos a las grandes ciudades, incrementar de manera notable la capacidad de nuestros pasos fronterizos con Francia, garantizar la conectividad de los puertos con la red ferroviaria, construir depuradoras en casi un millar de poblaciones que aún no depuran sus aguas residuales... ¿Se lo han dicho a los ministros? Sí, nos hemos reunido con Fomento y Agricultura y hemos insistido en que la ingeniería es fundamentalmente labor intelectual y requiere su tiempo. Es necesario superar la tradicional opinión de que como la ingeniería "no se ve" no merece inversión de tiempo ni dinero. En realidad, un poco más de tiempo y dinero invertidos en ingeniería suponen un importante ahorro de tiempo y dinero en la ejecución de las obras. ¿Son los ingenieros un referente de la Marca España? Es cierto que no debemos abandonar nuestra imagen de país turístico, con buena gastronomía, éxitos deportivos, cultura, etc., pero es oportuno dar a nuestra imagen una cara más tecnificada y moderna, apoyada en un sector en el que nos encontramos en primera línea mundial, como es el de la ingeniería civil, que es reclamada en todos los países del mundo.