Señala que "no es estrictamente necesario" que intervenga el organismo "de manera inmediata"El gobernador dice que el Banco de España erró y no supo ver el riesgo de la burbuja inmobiliariaEl nuevo gobernador del Banco de España, Luis María Linde, sorprendió ayer en su primera comparecencia pública. En la Comisión de Economía del Congreso, llevó la contraria tanto al presidente del Gobierno como al ministro de Economía, quienes han defendido la necesidad urgente de que el BCE compre deuda soberana para relajar la prima de riesgo y reducir los costes de financiación. Linde, que es el único español que se sienta en el consejo del organismo comunitario, consideró que "de forma inmediata no es estrictamente necesario, en el futuro puede que sea más necesario" que tenga que intervenir con la adquisición de bonos de nuestro país. El BCE lleva diecisiete semanas sin comprar deuda de los estados europeos, un hecho que está siendo criticado no sólo por el Gobierno español sino por otros, como el italiano, que están solicitando la actuación rápida de este organismo. Y no sólo a través de los programas minoritarios, sino que su decisión sea con la toma de posiciones de manera masiva. El máximo responsable del supervisor nacional, aún así, indicó que "el BCE no ha abandonado estos programas, por lo que los podría reactivar en un futuro". Pero, añadió, "por lo que sé ahora no va a ocurrir, al menos en las próximas semanas". A su juicio, para recuperar la confianza de los mercados y de los inversores es "fundamental" que el Gobierno continúe con las políticas de ajuste y se cumplan los compromisos de déficit asumidos con la Comisión Europea. En este sentido, Linde se mostró contrario a que el Ejecutivo impulse medidas que estimulen el crecimiento en estos momentos. El gobernador insistió en que el único camino para la recuperación son los ajustes y subrayó que éstos están dando ya los primeros signos positivos, como la mejora de la competitividad por la reducción de los costes salariales y la bajada de la actividad, además del equilibrio que se conseguirá en la balanza corriente a finales de año. En su primera comparecencia hizo una reflexión sobre las causas que han llevado a España a esta situación tan crítica. En primer lugar criticó la gestión del anterior Gobierno por una política fiscal errónea, que incentivó unos costes para el Estado que ahora son inasumibles y que han disparado la deuda pública. Ordóñez y Caruana También, "sin querer dar lecciones a nadie" hizo hincapié en la actuación del Banco de España, que no "supo ver" o "no quiso ver" los riesgos inmobiliarios debido a la euforia de la burbuja en los años anteriores a su estallido. Con sus palabras englobó en los errores a los mandatos de sus dos antecesores en el cargo, Miguel Ángel Fernández Ordóñez y Jaime Caruana. A juicio de Linde y con la perspectiva del presente, podemos concluir que "se actuó con poca decisión o de modo insuficiente o inadecuado", al menos en cuestiones tan esenciales como la creación de las llamadas fusiones frías, como Bankia, o la renuncia a la provisión anticíclica para limitar los riesgos crediticios de las entidades. Linde manifestó que las operaciones de integración de las cajas se aceptaron con la intención de favorecer los procesos y soslayar las trabas de las comunidades autónomas, pero que su "efecto final no fue demasiado positivo y contribuyó, más bien, a retrasar decisiones y ajustes en el sector". En cuanto a la provisión anticíclica, que fue creada por el Banco de España y es hoy modelo de la política macroprudencial a nivel internacional, consideró un error haber sido laxos durante los últimos tiempos sobre esta dotación obligatoria para que los bancos cubran parte de los préstamos que conceden y señaló que el supervisor debió de ser más exigente incluso con su utilización. "Tendría que haber sido más ortodoxo a pesar de las críticas que se hacían entonces desde el exterior y por las propias entidades", consideró el gobernador en el Congreso.