En primer lugar, quiero agradecer a todos nuestros lectores y usuarios su apoyo a elEconomista, que ha permitido en un tiempo récord de sólo 24 meses situarnos como el segundo periódico en difusión de pago y el líder en audiencia de la prensa económica, sumados los usuarios de elEconomista.es. A lo largo de mi trayectoria periodística he fundado tres periódicos -uno de ellos Expansión- y ninguno tuvo un crecimiento tan rápido. Pero quien piense que a partir de ahora vamos a dormirnos en los laureles, se equivoca. Queda mucho por hacer en la prensa económica española. Cuando fundamos elEconomista, el estudio de mercado indicaba que en España había un periódico económico que era número uno, pero no había un líder. El liderazgo es otra cosa. Ser el líder comporta credibilidad desde la primera a la última página, rigor en las informaciones, análisis de primera magnitud, información objetiva y alejada de intereses concretos. Y eso aún no se ha conseguido en España. En elEconomista perseguimos todos esos valores. Otros hace tiempo que tiraron la toalla. En el año y pico que llevo como director me he dado cuenta de que la información veraz exige muchos sacrificios. Implica demasiadas veces perder amigos o fuentes de información y, en ocasiones, crearse enemigos inesperados. Quiero, por ello, aprovechar la ocasión que me brinda este aniversario para pedir disculpas a quien se haya sentido molesto. Fue sin maldad. Nuestro objetivo es y seguirá siendo, simplemente el de informar. Y con ese norte vamos a seguir escribiendo. En defensa de la libertad de los mercados, de la igualdad de sexos, en favor del progreso económico y social de España, con informaciones responsables. Cada día hay más lectores y usuarios que aprecian este esfuerzo por informar con el mayor rigor posible. Por eso, estimado lector, amigo, anunciante, cliente... a todo el que lea este artículo, muchas gracias por su confianza. Hemos cumplido dos años, el tiempo que suele marcar la consolidación de un periódico, y ahora aspiramos a ser el favorito.