Cobran fuerza los rumores de un recorte de plantilla que afectaría al 50% de empleadoslondres. La nacionalización del Northern Rock puede salirle muy cara al Gobierno de Brown. Tras el anuncio el domingo de la decisión de nacionalizar el banco, el Ejecutivo está soportando golpes de prácticamente todos los frentes. A nivel político ayer peleaba por tirar adelante en el Parlamento la legislación de emergencia para controlar bancos con dificultades financieras durante doce meses y poder nacionalizar el Northern Rock. Al cierre de esta edición aún no se conocía el resultado de la votación en los Comunes, que estaba previsto que se extendiera hasta las doce de la noche (hora local). Los conservadores iban a votar en contra y también algunos parlamentarios laboristas de circunscripciones del noreste de Inglaterra, las más afectadas por el Northern Rock. Se rumorea que se recortará la plantilla, de 6.000 empleados, hasta la mitad. Hoy la legislación será debatida en la Cámara de los Lores y el jueves será devuelta a los Comunes, donde se podría aprobar definitivamente. Faltará ver el grado de apoyo. Otro frente abierto es el del sector bancario. Existen serias dudas sobre el modelo de gestión del banco. El nuevo consejero delegado, Ron Sandler, aseguró que lo convertiría en un "negocio vibrante, provechoso y sostenible" mientras que el primer ministro hablaba de obtener beneficios. Existe el temor entre los bancos de que se produzca una competencia desleal. "Aunque el resto de bancos británicos puedan pensar que existe una competencia desleal no creo que lleven el caso ante la Comisión Europea por proteger la reputación sector financiero británico", comentó a elEconomista, Ian Mulheirn, el jefe economista del centro de investigación Social Market Foundation de Londres. ¿ Cuánto va a costar? Tampoco ha quedado claro cuánto va a costar a los contribuyentes la nacionalización del banco. Mientras el Gobierno hablaba de 55.000 millones de libras, la oposición doblaba la cifra hasta los 110.000 millones, 3.500 libras por familia, y los números de algunos analistas de la City rondaban los 100.000 millones. La inclusión de la deuda del Northern en las cuentas del Gobierno ha obligado a romper a Gordon Brown una de sus dos normas sagradas, la que la deuda pública no puede superar nunca el 40 por ciento del PIB, ya que con el 7 pro ciento del Northern ya llega al 44 por ciento, aunque ellos dicen que se trata de un "caso excepcional". La defensa del presupuesto será una agria lucha para Darling el mes que viene cuando lo presente. s Más información relacionada con este tema en www.eleconomista.es