Las solicitudes suben un 17 por ciento en junio, hasta 337.206 millones de eurosLa dependencia de la banca española a la ventanilla del Banco Central Europeo (BCE) se ha intensificado en el mes de junio, mostrando las crecientes dificultades del sector para obtener financiación por otras vías. Una vez disipado el efecto de las dos subastas extraordinarias de liquidez, celebradas a finales de diciembre y de febrero, y utilizados buena parte de los fondos que acumularon tras estas dos operaciones en depósitos en el BCE, los bancos aumentaron en junio el saldo vivo de los préstamos netos en algo más de un 17 por ciento, hasta 337.206 millones de euros, lo que constituye récord absoluto de toda la serie histórica. El mes pasado fue cuando se anunció que Europa concedería ayudas al sector español por un importe máximo de 100.000 millones. El sector aumentó el saldo medio de las solicitudes de préstamos hasta 374.035 millones. Mientras los préstamos a largo plazo aumentaron su saldo vivo en unos 4.500 millones de euros (lo que supone un aumento del 1,4 por ciento), en el corto plazo las peticiones se incrementaron en unos 35.700 millones, hasta los 44.961 millones de euros, lo que supone multiplicar casi por cuatro el saldo medio del mes anterior. Las entidades, tras las subastas extraordinarias, habían disminuido al mínimo los préstamos solicitados a corto plazo, pero en junio han vuelto a recurrir a este instrumento, volviendo a los niveles previos a las subastas a tres años. Por otro lado, las facilidades de depósito, remunerados en junio al 0,25 por ciento, han disminuido hasta 27.792 millones de euros, lo que supone unos 9.000 millones menos que en mayo. Los depósitos habían alcanzado su máximo en marzo, cuando el saldo medio se situó en 88.742 millones. En el conjunto del eurosistema, los bancos mantenían en junio un saldo medio de 766.215 millones en depósitos, ligeramente menor que en el mes anterior. Este volumen se verá drásticamente reducido cuando se den a conocer los datos de julio, cuando se percibirá buena parte del efecto de la bajada del tipo al que se remuneran, que el BCE dejó en el 0 por ciento. El primer día en que este tipo fue efectivo, el saldo se redujo en un 60 por ciento, hasta unos 324.000 millones. Esta reducción proviene de los bancos, como franceses y alemanes, que tienen una posición acreedora en el BCE, es decir, que tienen más depósitos que préstamos, y que a partir de ahora pueden optar por otros instrumentos para aparcar su exceso de liquidez, como deuda pública de los países fuertes de la UE. No es esa la posición de otros sistemas, como el italiano o el español, que son los más dependientes de la institución europea. Los bancos españoles mantienen una deuda en préstamos brutos (sin restar los depósitos) de unos 374.000 millones en junio. Eso supone el 31 por ciento de todo el eurosistema, cuyo saldo vivo ascendió en junio a 1.2 billones de euros.