El fabricante de motores ya tiene comprometidas unas inversiones de 200 millones hasta 2010El grupo espera ingresar con el programa 1.700 millones en los próximos veinte añosmadrid. El retraso del superjumbo comienza a pasar factura a la industria aeronáutica española. Los contratiempos en el programa del mayor avión comercial de la historia, con capacidad para 555 pasajeros, tienen en vilo al fabricante de motores español ITP. La compañía, participada por la empresa vasca Sener con un 53,1 por ciento y por el grupo británico Rolls-Royce con el resto, estuvo analizando durante su último Consejo de Administración celebrado el pasado jueves la situación y podría quedarse con la mitad de carga de trabajo en el A380 el año que viene, si persisten los contratiempos en el programa."ITP tenía previsto para 2007 construir dos motores del superjumbo al mes, 24 al año, y ya se ha hecho a la idea tras el retraso de las entregas de que sólo fabricará doce equipos durante el próximo ejercicio", señalan fuentes cercanas al proceso. Inversiones millonarias El problema ya no es sólo que la compañía tenga que reducir la carga de trabajo a la mitad en este proyecto sino que la empresa con sede en Zamudio se ha comprometido a invertir más de 200 millones de euros hasta el año 2010 en material e I+D y no se puede echar para atrás.El motor que impulsa el A380 es el Trent 900, que consume alrededor del 20 por ciento menos que los actuales propulsores que llevan los aviones comerciales. ITP participa en este proyecto diseñado por su socio británico Rolls Royce con un 16,6 por ciento.Las previsiones de la compañía española son facturar 1.700 millones de euros en los próximos veinte años. Hasta la fecha, el nuevo avión de Airbus ha recibido 159 pedidos por parte de 14 clientes, lo que supone que ya se necesitan un mínimo de 636 motores sin contar con los de repuesto.De momento, la compañía no se ha planteado ningún ajuste laboral pero el alcance del retraso del A380 no se podrá valorar hasta que no pasen algunos meses."La ventaja de ITP en estas situaciones es que está presente en varios proyectos y siempre tiene cintura para recolocar a su plantilla en los pedidos que más lo necesitan", explican las mismas fuentes.De hecho, la empresa también participa en otro motor de Rolls Royce, el Trent 1.000, que impulsará al 787 Dreamliner, el nuevo avión de Boeing, el rival norteamericano de Airbus.En este proyecto, ITP fabricará la turbina de baja presión del motor y prevé ingresar 1.500 millones de euros en los próximos 25 años. De momento, el número de pedidos del 787 ya supera los 400. Cada avión va equipado con dos motores, por lo que ya hay carga de trabajo para 800 unidades.Como en el caso del A380, el fabricante de motores español también se ha comprometido a invertir 150 millones de euros en material y desarrollo tecnológico.ITP podría también compensar a medio plazo el retraso del programa A380 con otras alternativas de trabajo, como los motores que fabrica para el caza europeo Eurofighter, que den empleo a sus más de 2.200 trabajadores.Además de los compromisos iniciales firmados por los países participantes en el proyecto: 620 aparatos, que representan para la compañía unos ingresos de 450 millones hasta el año 2011, un nuevo pedido le asegura horas de producción.Tras la firma de un acuerdo con las Fuerzas Armadas de Arabia Saudí, el consorcio europeo podría vender en los próximos años otro medio centenar de cazas, lo que supondría cien motores EJ200 más en los que participaría la empresa controlada por Sener.Como ocurre en el negocio de los aviones comerciales, ITP también sabe nadar y guardar la ropa en la aeronáutica militar. La compañía participa en el programa de motores que equiparán al nuevo caza norteamericano JSF (Joint Strike Fighter). Este avión cuenta con varias versiones de propulsores, y el grupo español participa en el modelo F136, se fabrica por un consorcio formado por General Electric y Rolls-Royce.La industria, pendienteAdemás de ITP, existen otras empresas españolas que colaboran con el avión de Airbus y que podrían ver afectada su producción por el retraso. Una de ellas es el antiguo negocio aeronáutico de Gamesa, hoy segregado del grupo. La empresa ahora dirigida por Iñaki López Gandásegui construye secciones del fuselaje para el A380 y también podría tener problemas por el cambio de fechas. El acuerdo que la compañía firmó en enero de 2002 prevé unos ingresos de 540 millones de euros hasta el final del proyecto aeronáutico.