El Frob se refuerza con tres direcciones para gestionar los grupos nacionalizadosEl Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) se refuerza de cara a la recapitalización masiva que se avecina para la banca, y el Ministerio de Economía se refuerza dentro. El organismo redibujó ayer sus órganos de dirección. Situó al frente como director general a Antonio Carrascosa, hasta ahora director general de Política Económica del Ministerio de Economía y un hombre de Luis de Guindos. Sustituye a Mariano Herrera, que regresa al Banco de España, y se crean en paralelo tres nuevas áreas: una dirección Ejecutiva que ocupará Pedro Comín, de supervisión del Banco de España; una de Administración y Control, bajo las riendas de Antonio Rosas, antiguo interventor del organismo supervisor y un director de Asesoría Jurídica, aún por designar. El ministro Luis de Guindos gana influencia en el Frob, con Carrascosa al frente. Es un hombre con el que coincidió en la firma de consultoría y auditoria PwC, antes de ir ambos a Economía. Carrascosa conoce al dedillo las reformas financieras del Gobierno, porque ha participado activamente en su elabo- ración. Con anterioridad fue director general de Entidades de la CNMV, subdirector general del Tesoro y para Asuntos del Sistema Financiero Internacional del Ministerio de Economía. Para cubrir su vacante, el ministerio incorpora a Ignacio Mezquita, procedente deel Círculo de Empresarios tras haber pasado por el Industria o Defensa de la Competencia. El Banco de España indicó que el Frob se refuerza "para afrontar una etapa crucial" en el proceso de reestructuración del sistema bancario. Oliver Wyman y Roldan Berger cifran en hasta 63.000 millones el capital necesario para que el sector transite con solvencia una recesión agravada. Las necesidades finales las fijará el Gobierno y el supervisor cuando PwC, Deloitte, Erns&Young y KPMG revisen banco a banco los activos tóxicos y toda su cartera crediticia. Pero la maquinaria está en marcha. Europa ha abierto una línea de financiación de hasta 100.000 millones que prestará al Frob y éste recapitalizará a las entidades incapaces de cubrir las exigencias a pulmón. Los ministros de Economía de la eurozona tratarán de alcanzar el lunes un "acuerdo político" sobre las condiciones del crédito y su letra pequeña -plazos, tipos de interés...- se fijará a priori este mes. Las inyecciones a entidades podrían materializarse en el otoño, cuando finalicen los trabajos de las auditoras, y la próxima primavera. El calendario se precipitará para los grupos nacionalizados, que a buen seguro consumirán la mayor parte de los recursos necesarios. Bankia pidió 19.000 millones, y CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia precisarán de otros 30.000 millones según fuentes financieras que esperan la inyección este mes. El Estado, el gran accionista La dimensión del agujero y la imposibilidad para encontrar inversores con la crecida incertidumbre sobre la banca y el riesgo país disparado, decidió al Gobierno a posponer la subasta de Banco de Valencia y CatalunyaCaixa. De Guindos apuesta por mantener una banca pública durante un tiempo y evitar una desinversión ruinosa en un momento tan desfavorable. Por ley, el Banco de España estaba obligado a abrir la subasta de las entidades casi al instante de intervenirlas o nacionalizarlas (ocurrió con la CAM, CajaSur, CCM y Unnim). En un escenario tan adverso, el ministro apuesta por conservar la propiedad estatal hasta poder venderlo con plusvalías para los contribuyentes. Al Frob le tocará gestionar una nueva etapa, donde el Estado será el mayor accionista de la banca, con entidades en su poder que copan alrededor del 20 por ciento de cuota de merado en el negocio financiero. Controlará el cuarto mayor grupo, BFA-Bankia (con 300.000 millones en activos); Novagalicia y CatalunyaCaixa, con unos 75.000 millones, y Banco de Valencia, con 30.000 millones, sin perjuicido que se nacionalice a alguna otra entidad, y aporte recursos a otras entidades. La misión es desafiante porque el dinero lo presta Europa, que dará 15 años para su devolución, con el riesgo de disparar más el déficit por el préstamo de la UE.