El primer ministro Ayrault anuncia en el Parlamento que se revisará Patrimonio Firme en su propósito, el país vecino parece decidido a hacer realidad su promesa electoral de subir los impuestos a las rentas más altas. El primer ministro galo, Jean-Marc Ayrault, aprovechó su primera comparecencia en el Parlamento desde que accedió al poder para anunciar la gran reforma fiscal que ya diseña el Ejecutivo de François Hollande, y que incluirá subidas de impuestos a las grandes empresas, bancos y petroleras, como parte de las medidas destinadas a controlar el déficit. Ayrault, que proclamó no ser "un enemigo del dinero", puso especial énfasis en reiterar una de las medidas del entonces candidato Hollande que mayor impacto causó: la subida al 75 por ciento del gravamen que tendrán que soportar quienes ingresen más de un millón de euros. También en línea con lo prometido, anunció que los ingresos superiores a 150.000 euros anuales tendrán un tipo del 45 por ciento. Con todo, a lo que sí parece renunciar el Gobierno de Hollande es a la subida del IVA, planteada en su momento por su antecesor, Nicolas Sarkozy. A cambio, sí se revisarán las bonificaciones fiscales sobre Patrimonio y Sucesiones y los impuestos sobre el capital se igualarán con respecto a los del trabajo, según aseguró Ayrault. Sin ofrecer detalles sobre la reforma financiera, sí explicó que el Gobierno forzará a la banca a dividir sus operaciones minoristas de las "especulativas". Y reveló que las intenciones de Francia de introducir un impuesto a las transacciones financieras siguen adelante. Una medida que, cuando se concrete, afectará a los grandes gigantes bancarios franceses como BNP Paribas y Société Générale. "Las finanzas tienen que estar ahí para servir a la economía real", dijo Ayrault. "Es por ello por lo que separaremos bancos que son útiles para la inversión y el empleo de sus actividades especulativas". En otro orden de cosas, Ayrault confirmó los planes para contratar más maestros y policías, crear 150.000 empleos asistidos por el Estado y fomentar una industria más competitiva. Para ayudar a la innovación industrial, se crearía un banco público de inversión antes de que termine este año, dijo, y el Gobierno también anunciará próximamente planes para el sector automovilístico. Rebaja del crecimiento Por otro lado, el primer ministro ha reiterado también que Francia va a reducir el déficit hasta el 4,5 por ciento del PIB este año, y que planea equilibrar sus cuentas en 2017, aunque rebajó las previsiones sobre la economía francesa, señalando que el PIB crecería un 0,3 por ciento este año en lugar del 0,7 por ciento incluido en el presupuesto, y un 1,2 por ciento en 2013 en lugar de la previsión anterior de un 1,75 por ciento, confirmando los datos adelantados ayer por el Insee, el servicio estadístico francés. Ayrault aseguró que la deuda francesa hace que el país sea dependiente de las agencias de rating, y que por ello la reducirá. Además, ha explicado que el pago de la deuda supone el mayor gasto del país: 50.000 millones al año. En materia energética, también confirmó que la parte de la energía nuclear en la producción de electricidad se reducirá desde el 75 por ciento actual hasta el 50 por ciento de aquí a 2025 y que desarrollará una "economía verde". Además, lanzará un "programa masivo de ahorro de energía y un plan ambicioso de desarrollo de las energías renovables". "El gas y la electricidad, como el agua, son bienes comunes y no pueden dejarse a la ley del mercado", dijo el primer ministro, quien añadió: "Pondremos en marcha un tarificación progresiva, con un doble objetivo, social y ecológico". El primer ministro declaró en su programa de intenciones -que explicó ante los diputados antes de someterse a un voto de confianza- que la "transición ecológica y energética" que pretende aplicar será "creadora de empleos nuevos".