En la disolución de Somaen Dos se reducirá el capital para evitar las cargas fiscalesMADRID. El Santander y Total ya tienen una solución para cerrar su larga disputa sobre Cepsa. No habrá cajas de ahorros ni inversores árabes, como se ha especulado en los últimos tiempos. La fórmula que han propuesto a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) consiste en llevar a cabo una reducción del capital de Somaen Dos, la sociedad tenedora de acciones de Cepsa, para evitar el elevado coste fiscal que supondría el reparto de las acciones.El organismo que supervisa los mercados de valores en su reunión de ayer y tras estudiar la propuesta de ambas partes, acordó que no existe obligación de formular una opa obligatoria por parte de Total como consecuencia de la operación planteada para poder cumplir el laudo entre el Santander y la francesa, que exige que se le devuelva a la petrolera francesa un 8,31 por ciento de Cepsa. Total podrá recuperar así su participación directa e indirecta en la compañía Cepsa, de la que ostenta alrededor de un 45 por ciento, sin lanzar opa alguna. La decisión del organismo regulador que preside Manuel Conthe ya fue adelantada hace unas semanas por el presidente de Cepsa, Carlos Pérez de Bricio, quién se refirió a las consultas mantenidas con ambos accionistas.Supuestos compradoresEl laudo provisional aprobado por el momento ha abierto las especulaciones de distintas posibilidades de futuro para la petrolera. Se habló de la intención de ACS de quedarse con la petrolera y ahora vuelve de nuevo a aparecer Petrobras. El Santander ha mostrado constantemente su intención de deshacerse de su participación en la petrolera, así como Unión Fenosa la de aumentarla.Tras dos años y medio de pugna, el Tribunal de Arbitraje de La Haya dictó el pasado 4 de abril el laudo parcial en el que consideraba ineficaces los pactos parasociales y ahora parece que se están comenzando a dar los pasos para llegar a una solución final. Además, puesto que el laudo emitido no es definitivo, el Tribunal ha de dirimir todavía quién paga las costas del juicio y los daños, y también podría fijar una compensación a pagar por haber "incumplido la obligación convencional y legal de actuar de buena fe".El origen del conflicto se remonta a 2003, cuando el Santander presentó una opa inesperada por el 16 por ciento de Cepsa. La operación provocó entonces el enfrentamiento con el principal accionista de la petrolera española, Total, que denunció al banco de incumplir sus compromisos. El presidente de Cepsa ha insistido en numerosas ocasiones en que el conflicto no ha influido en la gestión diaria de la compañía, que ha registrado resultados récord.