Adidas y Puma presentan datos espectaculares de ventas, mientras en otros sectores cunde una gran decepciónberlin. En vísperas de la final de Mundial de Fútbol, Alemania comienza a hacer balance de las últimas cuatro semanas. El principal beneficiado del campeonato es el país anfitrión, que ha logrado mejorar su imagen en todo el planeta."Este ha sido el mejor Mundial de todos los tiempos", comentaba ayer el presidente de la Federación Internacional de Fútbol, Joseph Blatter. Sus elogios se ven quizás potenciados por los enormes beneficios que ha cosechado la FIFA. Y tampoco el comité organizador puede quejarse, puesto que los 430 millones presupuestados han sido superados gracias a la plena ocupación de los estadios. Su presidente, Franz Beckenbauer, habla de una fiesta del fútbol global.Lo cierto es que dos millones de visitantes extranjeros se desplazaron a Alemania, el doble de lo previsto, disparando así los negocios de las compañías de transportes germanas. Más trabajo aún tuvieron los fabricantes de banderas y los productores de cerveza, que en muchos casos debieron introducir turnos nocturnos para atender la demanda.Los responsables de Adidas y Puma presentan ya datos espectaculares de ventas. Los dos fabricantes deportivos aun deberán librar una batalla final, puesto que patrocinan a las selecciones de Francia e Italia respectivamente.Pero no todo han sido datos positivos. La ampliación de los horarios comerciales en las doce ciudades sede resultó poco beneficiosa para los pequeños empresarios ante la escasez de clientes.Durante el Mundial se crearon cerca de 85.000 puestos de trabajo y, según aventuran los responsables políticos, al menos 25.000 se mantendrán tras el pitido final. En todo caso, los expertos económicos no esperan que el negocio del Mundial tenga un peso decisivo en el conjunto del año ni provoque una aceleración económica. Quizás no quede reflejado en los balances de los analistas, el campeonato ha mejorado sustancialmente la imagen de Alemania, como coinciden en señalar visitantes, futbolistas y periodistas. La organización ha sido más que correcta. Y los ciudadanos hicieron suyo el lema del torneo, "el mundo entre amigos", para mostrar su lado más hospitalario. Incluso los cielos se aliaron con los alemanes para que todo saliera a pedir de boca. El verano del siglo en tierras teutonas también podría contribuir a aumentar los beneficios indirectos.