En cuanto tome posesión el Ejecutivo heleno, la 'troika' irá a Atenas a evaluar el estado del ajusteLa realidad ha superado las expectativas. Con esta tesis, los estados miembros del Eurogrupo se preparan para renegociar con el futuro Gobierno de Atenas los detalles del segundo plan de rescate acordado para Grecia. No se cambiará el fondo del acuerdo, sino las modalidades de aplicación, a la luz de que las circunstancias han variado y, sobre todo, porque al fin se han dado cuenta de que la hoja de ruta trazada antes de las elecciones helenas es irrealizable y el nuevo Ejecutivo necesita un marco que permita la gobernabilidad del país. El memorando de acuerdo entre Grecia y la Unión Europea, por el cual se fijaron en febrero pasado las condiciones para percibir 130.000 millones de euros "es modificable; si no, sería estúpido, porque siempre hay necesidad de adaptarlo a los cambios de la situación económica". Así lo reconoció ayer un alto funcionario del Eurogrupo. "Si no lo modificáramos, fracasará", sentenció la citada fuente. "No es ningún secreto y es bastante lógico que, debido al tiempo que ha pasado sin un Gobierno funcional -debido a la celebración de dos elecciones legislativas consecutivas-, se ha producido un importante retraso, por lo que habrá que conversar sobre el memorando de entendimiento y encarrilarlo de nuevo", señalan desde la dirección del club de miembros de la moneda única. Así, en cuanto el nuevo Gobierno de coalición entre Nueva Democracia, el Pasok e Izquierda Democrática tome posesión, los representantes de la denominada troika -formada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo- viajarán a Grecia para evaluar el estado del programa, reunirse con el Gobierno para tomar el pulso de la situación y sacar conclusiones que presentarán posteriormente al Eurogrupo, a quien corresponde tomar una decisión. Tocar impuestos o recortes Desde el Eurogrupo consideran que hay margen para modificaciones con el objetivo de reorientar impuestos o recortes. Este procedimiento ya se llevó a cabo también en el caso de Portugal y de Irlanda, pero las difíciles y especiales circunstancias de Grecia podrían complicar el panorama, de modo que el nuevo memorando no se acuerde hasta bien entrado el verano. Como siempre, Alemania es el país más reacio a ser flexible, tal y como hizo saber la canciller alemana, Angela Merkel, cuando recalcó que no está dispuesta a modificar las condiciones marco para Grecia, si bien no descartó del todo hablar sobre "impulsos adicionales para el crecimiento". Esta posibilidad pasaría por la concesión de fondos específicos para impulsar las inversiones en el país heleno a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Otra cosa es que los objetivos de la sostenibilidad de la deuda soberana y la aplicación de las reformas estructurales, privatizaciones, etc… que contempla el memorando de acuerdo sigan siendo los principales objetivos del programa, por lo que tanto el Fondo Monetario Internacional como la Unión Europea se mantendrán firmes en la defensa de las condiciones. Cualquier decisión que se tome para suavizar de algún modo el trago por el que tienen que pasar los ciudadanos griegos para redirigir su economía, en medio del quinto año de recesión, no podrá por tanto comprometer el objetivo de equilibrar las cuentas públicas. Se desconoce por el momento si las negociaciones podrían llegar a suponer futuros recortes en los intereses aplicados al préstamo y un incremento del plazo de devolución, pero en Bruselas se tiene por seguro que la eurozona exigirá a Antonis Samarás, el llamado a ser nuevo primer ministro heleno, que se comprometa muy claramente con el acuerdo y evite de ese modo cualquier nuevo descarrilamiento en los objetivos.