Pide medidas cautelares que podrían afectar a la convergencia de fijo y móvilMADRID. La filial de telecomunicaciones de Iberdrola, NeoSky, va a presentar un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional contra la "decisión del Ministerio de Economía y Hacienda de dar el visto bueno a la entrada de Telefónica en el capital de Iberbanda", compañía de acceso a Internet vía radio en la que participan Prisa, El Corte Inglés y la sociedad de capital riesgo Omega Capital, controlada por Alicia Koplowitz. Según ha podido saber elEconomista por fuentes de la compañía, Iberdrola pide medidas cautelares para paralizar el proceso, algo que de ser admitido por la Audiencia, podría dar al traste con los planes de convergencia de la telefonía fija y móvil de Telefónica, que ve en las frecuencias de Iberbanda (habilitadas para una nueva tecnología de acceso radio más potente que las actuales conocida como WiMax) un punto de encuentro de las dos redes. NeoSky lleva seis años apostando por hacer negocio con esa fórmula de acceso a través de las ondas. Tiene el 65 por ciento del mercado pero esa tecnología no aporta aún ni el 2 por ciento de la facturación anual de servicios de telecomunicaciones en España. Como ella, otras seis compañías obtuvieron licencia en marzo de 2000 del Ministerio de Fomento dirigido por Rafael Arias Salgado para cubrir, de ese modo alternativo, el último tramo hasta el cliente. Hoy sólo quedan en actividad NeoSky, que es fruto de la fusión de dos de las concesionarias originales, e Iberbanda. Jazztel y Broadnet devolvieron sus licencias. Aló, que también tiene concesión, ha cambiado dos veces de manos y no da muestras de gran actividad. En medio de todo ese antes y después en el Internet vía radio está el estallido de la burbuja, la huida de los socios tecnológicos y la pérdida de confianza de las financieras. Telefónica quiso hacerse con una licencia de Internet vía radio en el concurso original del año 2000. No se le permitió. Poco después pidió las frecuencias para poder dar el servicio universal al que está obligada en las zonas rurales donde no podía llegar por otras vías. El Ministerio de Anna Birulés llegó a otorgarle créditos a interés cero para probar esa opción. Acabó por alquilar las frecuencias a otros. Ahora, con un panorama muy diferente, Telefónica ha comprado Iberbanda. A eso, Iberdrola le llama "la entrada de Telefónica por la puerta de atrás a un acceso que se concedió para incrementar la competencia y del que precisamente Telefónica fue excluida". Telefónica pactó a mediados de 2005 con los accionistas de Iberbanda entrar en el capital con una participación no mayoritaria, pero haciéndose con la gestión, obligando a los accionistas mayoritarios a permanecer hasta 2020 para hacer frente a los compromisos de la licencia y blindando para sí los contratos de comunicaciones de firmas del tamaño de Prisa o El Corte Inglés. El Tribunal de Competencia falló en contra y el consejo de ministros desautorizaba la operación. Dos meses después, Telefónica volvía a la carga. Eliminaba los puntos más polémicos, como los contratos blindados pero acordaba hacerse, esta vez sí, con un porcentaje mayoritario del capital. La operación no ha llegado ni al Tribunal. El Servicio de Defensa de la Competencia le ha dado el visto bueno.