Economía quiere cambiar los criterios del plan acordado y rebajar la factura de 23.500 millonesLas críticas de la opinión pública y de Rato, puntos clave del pulso entre el grupo y GuindosLas relaciones entre el ministro Luis de Guindos y el nuevo presidente de BFA-Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, se han tensado en los últimos días por el plan de recapitalización del grupo, hasta tal punto que éste último se ha plantado y advierte con la dimisión. ¿Qué ha ocurrido? El ministro pretende cambiar los criterios del proyecto de saneamiento de la entidad, que fue consensuado en su momento entre ambas partes. Dicho acuerdo contemplaba que el Estado tendría que aportar 19.000 millones en capital, a los que habría que sumar la conversión de preferentes en manos del Frob en acciones por importe de 4.465 millones. Tal es así que el propio Goirigolzarri explicó el plan públicamente. Ahora Guindos quiere que el dinero que destine el Estado sea inferior después de las quejas mostradas por el anterior presidente de Bankia, Rodrigo Rato, y las críticas de la opinión pública por el desembolso de esa cuantía para sanear una entidad. Fuentes conocedoras explicaron a este periódico que si el importe es "sustancialmente menor" no se descarta la marcha de Goirigolzarri. Esta advertencia se produce tan sólo un mes después de su nombramiento como máximo responsable de BFA-Bankia. Si bien otras fuentes cercanas manifiestan que a día de hoy no hay cambios y que trabajan en el proyecto presentado. A la espera del gobernador En el Ministerio sostienen que las necesidades tendrán que ser evaluadas por el nuevo equipo del Banco de España, cuyo gobernador tomará posesión del cargo el próximo lunes, y una vez que las consultoras independientes Ronald Berger y Oliver Wyman terminen sus informes sobre la situación de cada una de las entidades del sector financiero. Pero indican que éstas podrían no ser tan elevadas como las reclamadas. El rescate de Bankia no ha sido consensuado con el supervisor. Así lo denunció la semana pasada el todavía gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien cuestionó en el Senado la actuación del Gobierno y el volumen de recursos públicos que se iban a destinar. Ordóñez aprobó en 17 de abril el plan presentado por Rato. En él se incluían unas ayudas públicas de unos 6.500 millones, de los cuales 5.000 millones estaba previsto devolverlos antes de finales de este ejercicio. El proyecto diseñado por Goirigolzarri, de común acuerdo con Economía, eleva la utilización de fondos del Estado por tres. Éste está basado en un estudio elaborado por Goldman Sachs, que se encarga también de la valoración de BFA, matriz de Bankia, para su nacionalización. El nuevo presidente teme que las pérdidas sean mayores en un futuro, de ahí que reclame tal cantidad. Además ha hecho uso del cheque en blanco ofrecido por el propio Guindos en el Congreso. El ministro declaró que el Gobierno concedería todo el dinero necesario para recapitalizar Bankia. El sector y los expertos, además de Rato, consideran que la cifra se basa en hipótesis poco probables, ya que una parte de las necesidades corresponden a un test de estrés de deterioro económico aplicado para los préstamos a pymes y familias, y que otra parte corresponde a ajuste de valoraciones de participadas y activos fiscales. Rato, en un documento distribuido a los consejeros de Caja Madrid (fundadora de Bankia), criticó estos criterios contables y, con sorna, calificó de "magnífico" el plan de capitalización para los nuevos gestores tras la "brutal inyección de fondos públicos". Necesidades Bankia requiere, fruto de las dos reformas financieras, de 9.100 millones, que tras unos ajustes sobre la cartera inmobiliaria alcanzan los 10.000 millones. Los restantes 9.000 millones solicitados obedecen tanto para las dotaciones extraordinarias para pymes y familias, no exigidas al resto de entidades, y a los ajustes de valoración de los activos. Uno de los puntos que más cuestionan desde el supervisor es que se haya anotado una depreciación bruta de los créditos fiscales de 2.700 millones. Estos se provisionan en caso de que no fuera posible su utilización en el futuro ante la hipótesis de que BFA-Bankia no pueda generar suficientes beneficios que permitan la compensación con pérdidas pasadas durante los próximos 18 años. Distintas casas de análisis sostienen que en 2012 la entidad ya podrá ingresar más de 1.500 millones de euros. Otro aspecto del plan que también ha sorprendido es la rebaja del valor de la cartera industrial por 4.000 millones brutos para situarlos a precio de mercado para poder venderla. La normativa no obliga a contabilizar una provisión, pero Goirigolzarri quiere anotarla para facilitar su enajenación y poder cosechar plusvalías. El plan de Bankia no contempla ninguna medida de utilización de sus propios recursos para hacer frente al saneamiento del balance, como la conversión de las preferentes y deuda subordinada en capital, cuyo importe podría ascender a 12.000 millones. Esta vía sí estaba incluida en el proyecto de Rato. En la actualidad negocia con Bruselas y el Banco de España cómo dar salida a estos productos, en los que muchos de los inversores, tanto minoristas como mayoristas, están atrapados por su iliquidez. Busca otras soluciones, como dar a cambio depósitos u otro tipo de deuda.