Montoro recuerda a los tenedores de deuda que no cobrarán si España caeSin prisa, pero sin pausa. Más de dos años después del primer amago en una reunión de ministros europeos de Economía y Finanzas celebrada en Madrid en la primavera de 2010, el conservador francés Michel Barnier, comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, prevé presentar el miércoles que viene una propuesta concreta y formal para dotar a la UE de un régimen común de resolución de crisis bancarias como la que, actualmente, ha puesto a España al borde del abismo. Este anuncio coincide con el mensaje institucional que ayer, en nombre del Gobierno español, lanzó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. El portavoz insistió en que "la solución a la crisis se llama euro y Unión Europea" y mostró su confianza en que Europa "va a responder como siempre ha hecho" ante las dificultades de España. Sin embargo y tras mostrarse dubitativo ante la posibilidad de que el Gobierno tenga que recurrir a un rescate internacional de la banca, Montoro lanzó un mensaje claro de que si España cae, el euro irá detrás y de que son muchos los intereses comunitarios en nuestro país. "Los máximos interesados en que a España le salga bien son los tenedores de deuda... ¿o es que no quieren cobrar de forma íntegra?", advirtió. El ministro también dejó caer que España no es intervenida porque "es demasiado grande". Puso el acento en que "Europa se está moviendo" y, paralelamente, en que se habla en Europa y varios dirigentes comunitarios apoyan "el mecanismo de ayuda directa que forma parte de la Unión Bancaria". En qué consistiría el fondo La propuesta de Barnier sería el embrión y uno de los pilares de una futura unión bancaria en el Viejo Continente. Y supone el pistoletazo de salida para que, antes de adoptar su versión definitiva, la negocien a lo largo de los próximos meses -si no años- los veintisiete Gobiernos de la UE y el Parlamento Europeo. Surcar los meandros comunitarios no se logra de un día para otro: exige paciencia, perseverancia y una dosis de tiempo de la que puede que ya no disfruten ni Grecia ni Portugal ni Irlanda ni España ni Italia. La intención que el comisario Barnier alberga desde el inicio de la crisis es priorizar la liquidación o voladura controlada de los bancos zombis. Y evitar que el contribuyente tenga en el futuro que volver a rascarse los bolsillos y acudir al rescate del sistema financiero. La idea es evitar casos como el de Bankia, en el que los ciudadanos de a pie tienen que ayudar a los banqueros. Ya antes de la crisis se defendía en la UE que había que dejar quebrar a los bancos atribulados, pero después se acudió al rescate. Según las propuestas que ultima la Comisión Europea, la factura de reflotar las partes sanas de un banco en caída libre y enterrar el resto sin provocar un caos que arrastre al conjunto del sector y de la economía debería ser financiada por el propio sector. Los banqueros de entidades con el agua al cuello deberían quedarse sin bonus y los accionistas, sin dividendos. Y los bancos deberían contribuir con una tasa a engrosar preventiva y paulatinamente un fondo de resolución para, llegado el caso, financiar los gastos de las liquidaciones y los saneamientos. El fondo de resolución es una figura distinta al existente fondo de garantía de depósitos.