El nuevo presidente del Real Madrid llega con la difícil faena de volver a ganar títulosSi no puedes con el enemigo únete a él. Es lo que debió pensar Florentino Pérez cuando en enero de 2002 incluyó a Ramón Calderón en su Junta Directiva del Real Madrid. Sorprendió a más de uno.Calderón, que ya había intentado ser vicepresidente del club con la fallida candidatura del periodista Alfonso Ussía, tenía la fama ganada a pulso de ser el socio más combativo. Desde que entró a formar parte de la casa blanca en 1979, este palentino de 55 años ha participado en todas las asambleas de la entidad como compromisario. "Por eso lo fichó Florentino, porque se conocía los estatutos del club al dedillo", dice quien bien le conoce. Desde el pasado domingo ha dejado de ver los toros, su gran afición, desde la barrera de su butaca de socio nº 14.878 y tiene un difícil morlaco que lidiar: la crisis deportiva del Real Madrid, que no obtiene un título desde hace tres años.La pasión por la Fiesta Nacional le viene de familia. Su padre fue el propietario de la plaza de toros de Palencia, él es actualmente el gerente de la Monumental de las Ventas a través de la empresa Taurovent y su esposa, Teresa Galán, es de Pamplona. Es raro el año que a Calderón no se le ve por los sanfermines pero cuando se le pregunta por cuál es su verdadero amor, ¿el fútbol o los toros?, él contesta: "El fútbol". Con el permiso del cariño a sus tres hijos: Leticia, Jaime y Mariana. El nuevo presidente del Real Madrid ha ganado las elecciones por su personalidad. "Es una persona muy detallista, humana y familiar y en situaciones tan tensas como esta, donde el cruce de acusaciones de los candidatos ha sido tremendo, el que mantiene la calma es el que gana", asegura una persona que ha seguido el proceso electoral muy de cerca.Razón no le falta. Ramón Calderón ha sido el más natural ante las cámaras y ha sabido ganar una batalla tan reñida con tranquilidad. Lo primero que hizo nada más ser elegido presidente por 300 votos de diferencia sobre la candidatura de Juan Palacios fue llamarle para ofrecerle un puesto de vicepresidente que su rival acabó rechazando.Calderón es consciente de que, tras la polémica del voto por correo, su gestión va a ser examinada con lupa por sus rivales. Él ya ha dado varias pinceladas sobre cómo piensa presidir el club de Chamartín. Ni cariños, ni móvilesSu experiencia en la junta directiva de Florentino Pérez le ha enseñado muchas cosas, pero la conclusión más clara que ha sacado es que el presidente no puede jugar nunca a ser entrenador, ni puede encariñarse con los jugadores. "Si gano las elecciones seré un presidente a la inglesa, no quiero protagonismos. Cuando los jugadores tienen tu móvil... malo ", aseguraba en una entrevista con elEconomista durante la campaña electoral.Pero no sólo de fútbol vive Calderón. Es abogado de profesión, también por culpa de su padre, que tenía un bufete en Palencia. Además de Calderón Abogados, el empresario comparte con su mujer la gestión de otras compañías dedicadas a la promoción inmobiliaria.Quizá por esta razón esté obsesionado con el potencial que puede tener para el Real Madrid la nueva Ciudad Deportiva de Valdebebas. ¿Llevará su nombre dentro de treinta años?