El principal selectivo español desciende un 2,66%, hasta los 6.809 puntosSe acabó la tregua de los últimos días. Ayer, la respuesta de los inversores a la nueva reforma financiera anunciada el viernes por el Gobierno para sanear los balances de los bancos españoles fue clara: vender. Con la salud de la banca en entredicho tras las mayores provisiones exigidas, hasta 30.000 millones de euros adicionales, para cubrir el riesgo de sus activos inmobiliarios sanos (ver página 10 y 11), ayer los inversores permanecieron pendientes a los detalles desgranados por las entidades financieras sobre el impacto que este esfuerzo adicional tendrá sobre sus cuentas. Un cúmulo de factores que se saldó con un contundente castigo al sector bancario español, que llevó al Ibex 35 a perder un 2,66 por ciento, hasta los 6.809 puntos. Se trata de su nivel más bajo desde octubre de 2003. Ni una sola entidad española se salvó de los números rojos. Después de que el Gobierno apretara la soga de las provisiones el viernes, los focos de preocupación de los inversores se materializaron en dos. Por un lado, el mayor esfuerzo en forma de provisiones lastrará inevitablemente el beneficio de la banca, algo que puede poner en peligro los dividendos que ofrece el sector. Su principal vía de seducción en tiempos difíciles. Por otro, la reforma financiera también avivó el miedo que suscita la posibilidad de que España recurra finalmente a un rescate. Con estas cartas sobre la mesa, el mayor castigo dentro del principal selectivo español fue para Bankia. Si hace una semana todas las alarmas saltaron al conocer su nacionalización tras la marcha de Rodrigo Rato, ayer se añadió otro motivo más de preocupación. La entidad presidida ahora por José Ignacio Goirigolzarri es la que más provisiones adicionales necesita si quiere cumplir con las exigencias del Ejecutivo (ver apoyo). En concreto, precisa 4.722 millones de euros, que se elevan a 4.813 millones si se suman los 91 que se exige a su matriz, BFA. Unas cantidades que sólo alimentaron los temores de los inversores, que ayer llevaron a los títulos de Bankia a perder los 2 euros por primera vez en su historia desde que diera su salto al parqué en julio del año pasado, tras ceder un 8,39 por ciento. Descenso tras descenso... No fue la única en sufrir las consecuencias del miedo. Popular acusó otra de las mayores penalizaciones del sector. Tanto, que sus títulos cayeron un 4,37 por ciento, hasta los 2,036 euros, un precio que no alcanzaban desde 1993. El siguiente banco más afectado por las ventas que registró ayer el principal selectivo español fue CaixaBank. Sus acciones cayeron un 3,84 por ciento, hasta los 2,35 euros; su precio más bajo desde marzo de 2009. Les siguieron BBVA y Bankinter, ambas con unos descensos del 3,72 y 3,39 por ciento, respectivamente. A diferencia de los anteriores, las acciones de las dos se libraron de marcar mínimos (ver gráfico). Lo mismo le sucedió a Santander. La entidad presidida por Emilio Botín se anotó un descenso del 3,02 por ciento, hasta los 4,72 euros. Lejos de su mínimo alcanzado el pasado 2 de mayo, en los 4,49 euros. No tuvo tanta suerte Sabadell. Pese a que fue el banco menos castigado por los inversores ayer, el precio de sus acciones descendió a su nivel más bajo desde abril de 2001, tras caer un 2,65 por ciento, hasta los 1,57 euros. ...más allá de España Sin embargo, las pérdidas que registró ayer el Ibex 35 no fueron las únicas de Europa. El Viejo Continente también se tiñó de rojo ante los temores que suscita la situación política que atraviesa Grecia. Su incapacidad para formar un nuevo Gobierno ponen en duda su permanencia dentro del euro. En este contexto, el mayor castigo fue para la bolsa italiana, que ayer cedió un 2,74 por ciento, hasta los 13.660 puntos. Por detrás se situó el principal índice bursátil frances, que ayer perdió un 2,29 por ciento; y la bolsa alemana con pérdidas del 1,94 por ciento. Estas últimas impulsadas por la derrota de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Ángela Merkel en Renania del Norte en favor del Partido Socialdemócrata (SPD).