Las siete entidades cuentan con 300 millones, pero se quedarán sin el recurso de los dividendosEl proceso de nacionalización en el que está inmerso el Banco Financiero y de Ahorro (BFA), matriz de Bankia, ha dejado en el aire la Obra Social de sus siete cajas fundadoras. Después de que el Estado haya tomado el control del 100 por cien de la entidad; Caja Madrid, Bancaja, Caja Ávila, Caja Insular de Canarias, Caja Rioja, Laietana y Caja Segovia se han quedado sin ninguna participación, por lo que no obtendrán dividendo alguno, que es su principal fuente de recursos en la actualidad, y verán así menguada su capacidad para financiar la labor benéfica. Las cajas cuentan ahora mismo con una hucha disponible de 2.941 millones de euros para obra social, según los datos recogidos por la Confederación Española de Cajas de Ahorros, la CECA. En el caso de Bankia, ese importe asciende a un total de 303,11 millones de euros. La mayor parte corresponde a Caja Madrid, con 151,22 millones, seguida de Bancaja con 68,95 millones de euros. La catalana Caixa Laietana cuenta en el presente ejercicio con 28 millones, Caja Ávila con 26,73 millones, Caja Rioja con 12 millones e Insular de Canarias con tan sólo 2,3 millones de euros. Recursos financieros El problema vendrá cuando esos recursos se terminen. En principio, podrían recurrir a su patrimonio, fundamentalmente edificios históricos que podrían alquilar o vender, además de desinvertir en obras de arte. Pero a partir de ahí ya no hay más. Según el informe anual disponible de obra social de Caja Madrid, correspondiente a 2010, la inversión en actividades de carácter social alcanzó los 99,9 millones de euros, de los que 73,3 millones respondían a obra social propia, y otros 27,6 millones a colaboración con otras entidades. Al menos 10,5 millones de personas se benefician de esta inversión, según los propios cálculos de Caja Madrid, que cuenta con 110 centros propios a través de los que canaliza sus programas benéficos. Entre ellos, destacan 41 residencias de ancianos con 132.463 socios y veinte espacios para la educación, en los que se forman 7.655 alumnos. Al margen de Bankia, el año pasado, ocho entidades lograron aumentar su hucha para obra social de cara a ejercicios futuros. La que registró el mayor crecimiento fue Caja Navarra, integrante de Banca Cívica y próximamente de Caixabank, una vez finalice la fusión pactada en marzo. En concreto, el grupo navarro elevó el fondo un 79 por ciento, con lo que dispone de más de 32 millones de euros, cuando el año pasado tenía 20 millones de euros. Otras, en cambio, han sufrido un descenso considerable en su hucha. Es el caso de la vasca Kutxa, que ha visto como baja un 58 por ciento, hasta 33,2 millones de euros. A pesar de la situación de debilidad del sector, las cajas tienen la intención de continuar con su labor benéfica en el futuro en la medida de sus posibilidades. El proceso de conversión aún no ha terminado, ya que se esperan nuevas fusiones y las cajas, en su mayor parte, están abocadas a transformarse en fundaciones. La reciente reforma financiera ha puesto límites a los sueldos de sus consejos de administración y cúpulas directivas para preservar precisamente la obra social, tras los casos de indemnizaciones millonarias. La nueva normativa exige que el 90 por ciento de las inversiones anuales se dedique por ello a este fin.