El Ejecutivo evidencia sus disputas y baraja responsabilizar del plan a GuindosEl presidente del Santander no ha tardado ni un día en responder la celeridad que ha imprimido el Gobierno para constituir el banco malo y, así, culminar cuanto antes el saneamiento del sector financiero. Emilio Botín fue contundente en su mensaje y se opuso a esa medida, que el Ejecutivo pretende aprobar a lo largo de este mes. El banquero rechazó de plano la necesidad de que España cree un instrumento de estas características. "El sistema financiero español no necesita en este momento que se ponga en marcha esta fórmula. No es bueno", consideró. De esta manera expresó públicamente la posición de su entidad sobre el proyecto puesto en marcha por el Ejecutivo, ya adelantada por este periódico. Su postura es compartida por buena parte de los bancos. Tanto BBVA como Sabadell, Popular y Bankinter se oponen a que se creen estas sociedades inmobiliarias. La razón principal de su rechazo se debe a que, con esta medida, que será voluntaria, se vuelve a vulnerar la libre competencia y las reglas del juego similares para todos en el sector. Consideran que algunas entidades salen beneficiadas y ayudadas para poder competir con el resto, que no han recibido este sustento. Desde hace tiempo este grupo de bancos ha reclamado la liquidación o venta de los débiles de manera inmediata, tras una intervención o nacionalización previa. Incluso, en las últimas semanas, ha salido a la palestra la idea de que para algunas la solución sería una nacionalización extendida en el tiempo, hasta que el mercado y las circunstancias económicas mejoren sustancialmente. Mejoría en 2013 Botín opinó que el sistema financiero español "está haciendo unos ajustes importantísimos en los dos últimos años", y recordó que el decreto de saneamiento financiero aprobado por el Gobierno supondrá un esfuerzo de 52.000 millones de euros. Reiteró que se está "yendo en la buena dirección, a pesar de que los mercados todavía no han comprendido la magnitud del esfuerzo". A su juicio, cuando lo comprendan la situación mejorará, por lo que se mostró optimista sobre 2013, ejercicio que experimentará una "mejoría clara". Para que esto ocurra será imprescindible que el sistema financiero despeje todas sus dudas. Es una pieza fundamental, según los expertos y los organismos internacionales, que están exigiendo al Gobierno medidas rápidas y contundentes. De ahí que el Ejecutivo se haya decidido a acelerar la creación del banco malo. La presión ha sido ejercida desde distintos ámbitos. El FMI, el BCE y la Comisión Europea le han exigido contundencia. Presión comunitaria El último en trasladar la presión ha sido el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Olli Rehn, que mantuvo el jueves por tarde un encuentro con el ministro de Economía, Luis de Guindos. En esta reunión, según fuentes de Bruselas, se le comunicó "lo esencial" que es el sistema financiero para eliminar cuanto antes la incertidumbre. Renh comprendió que el plan del Gobierno no incluya ayudas europeas, pero le recordó a De Guindos que existe como "último recurso" el fondo de rescate comunitario. La presión ha llevado al Ejecutivo a impulsar la aprobación del banco malo antes de junio. El proyecto se había retrasado por las disputas entre dos facciones gubernamentales, una liderada por De Guindos y otra por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Ésta última, más preocupada por cómo trasladar este plan a la opinión pública, ya que podría contar con ayudas del Estado en un momento de recorte de los servicios sociales. Estas divergencias fueron puestas de manifiesto por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que indicó ayer que el Ejecutivo estudia la posibilidad de aprobar el banco malo a través de una orden ministerial de Economía, sin necesidad de que pase por el Consejo de Ministros. Así, el responsable sería De Guindos y no el Ejecutivo.