Andalucía, como el resto de España pero con más crudeza, afronta la peor coyuntura económica de su historia. Al menos desde que hay dato fiables y continuos para medirla, claro. La recaída en la recesión, que supondrá para la comunidad disminuir la riqueza que se genera en un 2,5 por ciento según las estimaciones de Analistas Económicos de Andalucía, el más prestigioso servicio de estudios andaluz, tendrá en el desempleo su reflejo más angustioso: la tasa de paro media será del 33,5 por ciento, pudiendo alcanzar en el último trimestre de este ejercicio el 34,2 por ciento. La barrera del 34 por ciento es la última línea roja de este indicador, ya que en los peores momentos de la crisis post-1992 se llegó al tope del 34,9 por ciento (en el último trimestre de 1994) de paro en la comunidad. El análisis sectorial que esboza Analistas, servicio de estudios ligado a Unicaja, deja poco espacio a la esperanza y pone sobre la mesa la necesidad imperiosa de refundar las bases de la economía regional. Todos los sectores reducen su aportación de riqueza, algo que no ocurría desde 2009. En primer lugar, la construcción profundiza la caída libre en la que lleva instalada ya un lustro (desde 2007 a 2011) y su aportación en términos de valor añadido bruto (excluidos impuestos) se contraerá un 7,1 por ciento. Por su parte, la industria que es uno de los pilares en los que debería de sustentarse la nueva estructura económica regional, se anotará el segundo peor registro desde 2009 (-9,2) con un descenso del 4,6 por ciento. El índice de producción industrial andaluz ya encadenó en 2011 su quinto descenso consecutivo y el presente ejercicio se sumará con toda probabilidad a esta negativa serie. Tampoco el sector servicios, y en concreto el turismo dentro de él, darán las leves alegría vividas en 2010 y 2011, ya que su aportación se reducirá un 1,2 por ciento. El turismo, pese a las optimistas previsiones de la Junta de Andalucía, crecerá menos de lo esperado y tendrá que fiar las buenas noticias a la evolución de los visitantes extranjeros, como ya ocurrió en los dos últimos ejercicios, ante el retraimiento de la llegada de turistas nacionales. "Teniendo en cuenta estas previsiones de crecimiento, las expectativas en el mercado laboral para este año 2012 no son nada favorables, después de registrarse en el último trimestre de 2011 un comportamiento bastante peor de lo previsto. Así, para este año 2012 se prevé que la población activa crezca en el promedio del año alrededor de un 0,3 por ciento, de forma que la región contaría con una población activa de unos cuatro millones. De estos, unos 2,66 millones serían ocupados, una cifra que supondría un descenso del 4,2 por ciento respecto al año anterior, y que se debería a una caída del empleo en todos los sectores productivos. Cabría destacar por su intensidad el descenso en el sector de la construcción (-23 por ciento) y el del sector servicios (-2,1 por ciento) por su relevancia para el conjunto de la economía, al representar las tres cuartas partes del empleo en la región andaluza". Así de contundente resume Analistas cómo se traslada el derrumbe productivo al mercado laboral de la comunidad. Exportaciones ¿Y qué cabe esperar de la actividad exportadora? Pues, básicamente, que será la única variable que aportará en positivo a la composición del PIB autonómico, aunque de manera insuficiente para tornar en positivo ninguna variable. En 2011, Analistas resume que las exportaciones crecieron un 21,7 por ciento en valor -hasta los 22.850 millones- y menos en volumen -un 16,6 por ciento-, lo que indica que esta actividad es la más sana de la economía andaluza. Las cifras del pasado año sitúan además a Andalucía como la tercera región que más exporta por valor, tras haber subido dos puestos en los dos últimos años, desde la quinta posición de 2009, y situarse ya sólo tras Cataluña y Madrid. Se da además la circunstancia, reiterada desde que comenzó la crisis, de que Andalucía decrece más que la media española y cuando logra crecer -como en 2011- lo hace menos. Para 2012, por ejemplo, la estimación de descenso del PIB del 2,5 por ciento de Analistas para la región supera en cuatro décimas a la estimada para el conjunto nacional (-2,1). "Andalucía lleva décadas sin superar el 80 por ciento de la renta per cápita media española. En los momentos de expansión se acerca a este techo y en los de recesión y estancamiento se aleja. Nuestro proceso de crecimiento, por tanto, no es la historia de un éxito contundente. En economía lo relevante son las magnitudes relativas, porque cuando el viento sopla a favor, el barco se mueve para todos y ahí no haymérito alguno". Con esta claridad se pronunciaba en marzo el grupo de expertos independiente que conforma el Observatorio Económico de Andalucía (OEA) en su informe especial sobre la comunidad presentado en plena campaña electoral. Los datos no engañan: desde mediados de 2008 al último trimestre de 2011, el PIB regional ha caído un 5,2 por ciento en Andalucía frente al 3,9 por ciento de retroceso en el conjunto del país. En términos de PIB por habitante, abundan desde el OEA, la reducción entre 2007 y 2011 se eleva al 11,6 por ciento, situando esta variable en los niveles de hace casi una década (2003). "Nuestra estructura sectorial tiene mucha construcción y, como en el resto de España, un sector industrial que está aguantando igual que en otras comunidades. Hay que reequilibrar esa estructura a favor del sector industrial para que no sea en Andalucía un sector marginal y pedir al nuevo Gobierno que no juegue en su contra amparándose en que es una actividad que contamina o en cuyos polos hay concentraciones de trabajadores que pueden causar problemas al Poder con sus movilizaciones", coincide Manuel Ángel Martín, de la Escuela Andaluza de Economía vinculada a la patronal andaluza CEA. "Nuestra actual estructura productiva generamucha riqueza y empleo cuando hay crecimiento, pero también destruye mucho más cuando no lo hay. Balancear la estructura busca que Andalucía sea menos elástica a los cambios de ciclo", resume. Recetas "Hay que favorecer la inversión privada para crearmás empresas y para favorecer que las que hay sean más grandes", apunta Martín. No en vano, según estudios presentados por la CEA el pasado año sobre 120.000 empresas españolas de las que 12.500 eran andaluzas, las firmas de la región facturan un 20 por ciento menos que la media nacional y las que tienen más de cuatro empleados son el 21,3 por ciento, frente al 25,6. "El papel del sector público ante este reto pasa por hacer un recorte de los gastos generales que permita aliviar la reducción anunciada de la inversión pública y favorecer la inversión privada", abunda el experto. El OEA, en el citado documento, apuesta, a corto plazo, por que tanto el sector público como el privado se ajusten. El primero, racionalizándose ya que tiene "un peso excesivo y es ineficiente", y el segundo, ganando competitividad de manera inmediata reduciendo costes laborales y márgenes empresariales. De hecho, desde el Observatorio se destaca que en Andalucía hay 3,5 empleados públicos por cada millón de euros de PIB (medio millón de trabajadores públicos incluyendo a todas las administraciones a 2011), tasa sólo superada por Extremadura y Castilla-LaMancha y frente a los 2,5 de la media autonómica. En paralelo a su acción sobre los sectores público y privado, el nuevo Ejecutivo deberá afrontar el peso de la deuda creciente, el acceso a los mercados para lograrla y las medidas de ajuste que tenga que acometer. El endeudamiento público andaluz cerró en 15.000 millones de euros a diciembre de 2011 (un 17 por ciento más, en línea con la media). A ello se suman, según la propia Junta, otros 2.763 millones de euros en deudas a los proveedores. Y los casi cinco mil millones de euros a devolver al Estado por las entregas de más recibidas entre 2008 y 2009 por Andalucía con el sistema de financiación.