Usuarios, operadores y patronales corroboran la descripción que Aránzazu Mur, directora económica de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), hace del renting: "Es un producto atractivo que ha ido ganando cuota de mercado". Belleza que enhebra en el agujero de la aguja de los intereses materiales, pues en una situación como la que estamos atravesando, "puede ser un producto que al autónomo le ayude a aliviar las cargas económicas que se le puedan presentar en su actividad", comenta José Pablo Montes, director general de la división de seguros de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA). Además, "permite disponer de maquinaria para el desarrollo del trabajo con unas cuotas mensuales bastantes asequibles para el cliente y que suelen ajustarse a las necesidades del mercado", agrega Montes. La unión de las tres bes (bueno, bonito y barato) explica las razones por las que "cada vez son más las pymes que optan por la fórmula del alquiler o del renting", comentan en Cepyme, patronal cuyos portavoces coinciden en describir el alquiler a largo plazo como sinónimo de certidumbre. "Proporciona a las empresas", recalcan en la sede de la entidad que preside Jesús Terciado, "la certeza del gasto fijo en la adquisición y el mantenimiento de los vehículos" de un cliente "muy exigente", apunta Aránzazu Mur. Fidelizar La directora económica de Anfac explica que esa tendencia de pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho es la que hace que las compañías de renting, "cuya actividad permite asegurar la renovación del parque automovilístico, ya que su rotación se produce entre los cuatro y cinco años de antigüedad", opten "por esforzarse al máximo por cuidar y fidelizar a sus clientes". Usuarios que pueden beneficiarse de un sistema de facturas periódicas y desglosadas por conceptos, fórmula "que es una buena herramienta, no sólo para cumplir adecuadamente con las obligaciones fiscales, sino también para mantener un control mayor de los costes de la unidad empresarial y poder diferenciarlos de los gastos personales o familiares", manifiesta Sebastián Reyna, consultor independiente y secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Ahora bien, el renting, "servicio que no reclama realizar un gran desembolso económico", indica José Pablo Montes, ¿ha conseguido remudar por el uso del bien el pretérito envite por la propiedad del vehículo? "En el autónomo prima el uso del bien y sólo en el caso de un crecimiento estable de la empresa puede cambiar su opinión y valorar la propiedad para dar un valor mayor a su patrimonio empresarial y con ello ganar solvencia", responde Sebastián Reyna. "El autónomo, que usa el vehículo como su herramienta de trabajo, es partidario de que el vehículo sea de su propiedad, pagándolo, si puede, en efectivo. ¿Y si no puede? Pedirá un crédito o un leasing con la intención de que en un plazo de cuatro o cinco años el vehículo sea de su propiedad", desvela José Pablo Montes. La predilección del autónomo por utilizar los sistemas directos de alquiler o leasing "quizá nazca de un concepto permanente de cierta provisionalidad en su trabajo. Sin embargo, los autónomos con establecimiento abierto al público aceptan más el renting para sus instrumentos o herramientas imprescindibles, como son los informáticos o la maquinaria industrial". "Y lo hacen", asevera Reyna, "pensando en una amortización futura y en un marco empresarial de mayor estabilidad". El renting para vehículos "es el servicio menos utilizado por los autónomos dependientes que trabajan para una empresa grande", manifiesta Montes. "El producto", prosigue, "no está muy arraigado en el colectivo, ya que históricamente el autónomo lo que más ha utilizado han sido los préstamos personales y, sobre todo, el leasing". A juicio de Montes, la predilección relatada está alentada por la creencia de que una vez pagado el préstamo o el leasing "la maquinaria en cuestión pasa a ser parte de su negocio o de su actividad".