La banca española se ha convertido en el mejor cliente de la barra libre de liquidez del Banco Central Europeo (BCE). Si en enero concentraba el 37 por ciento de los préstamos netos (descontados los depósitos) de todo el eurosistema, en febrero, según los datos publicados ayer, este porcentaje alcanza un récord en el 47,33 por ciento, lo que significa que prácticamente la mitad de fondos que el BCE pone a disposición de los grupos bancarios de la zona euro se lo deben las entidades españolas. Además de aumentar el peso en la utilización del instrumento de liquidez, los préstamos netos se han disparado desde enero, al recoger el efecto de la primera subasta a tres años celebrada por el BCE el 21 de diciembre. En los datos de febrero aún no se recogen los efectos de la segunda subasta, la del 29 de febrero, que se sentirán en las estadísticas de marzo. Si en noviembre la media mensual de los préstamos netos (elaborada a partir de la media diaria) fue de 97.970 millones, en febrero asciende hasta 152.432 millones de euros, marcando récord en estas peticiones, muy por encima de los 130.209 millones de julio de 2010, cuando se registraron agudos problemas de liquidez, y también 19.000 millones más que en enero. Las subastas a tres años, no sólo fueron aprovechadas por las entidades para obtener liquidez extra, a un tipo de interés del 1 por ciento, sino también para cambiar el plazo de los préstamos contraidos. Así, en febrero, la media mensual de los préstamos a corto plazo asciende a 17.505 millones de euros, cuando lo habitual, antes de la celebración de la primera subasta, era que el saldo rondara los 50.000 millones de euros. Por contra, la media de los préstamos a largo plazo, que también rondaban la media de los 50.000 millones, se triplica ahora y se sitúa en los 152.297 millones de euros, aunque ligeramente por debajo del mes anterior. La totalidad de las entidades del eurosistema pidieron una media de 322.045 millones en préstamos netos, mientras mantuvieron 478.347 millones en depósitos, que se remuneran al 0,25 por ciento. Es todo un síntoma de que la desconfianza entre entidades se mantiene en máximos, y prefieren una baja retribución al riesgo de prestarlo a otra entidad. Que las entidades que piden préstamos al BCE en busca de liquidez y las que realizan depósitos no son las mismas, lo prueban los grupos españoles. En febrero mantuvieron un saldo medio de 19.665 millones de euros, que supone sólo el 11,4 por ciento de todo lo solicitado al BCE.