Los países europeos más desarrollados y EEUU están compitiendo y adaptando sus leyes migratorias para atraer a los 'cerebros' extranjeros y frenar la entrada de la mano de obra foránea poco cualificadaEn un continente como Europa, que cuenta con 25 millones de extranjeros y más de dos millones de inmigrantes clandestinos, dos son los frentes abiertos: la migración de los "cerebros" y la de la mano de obra poco cualificada. "Los países europeos de vieja inmigración se muestran generalmente reacios a volver a las políticas activas de reclutamiento de la inmediata posguerra, con la excepción de áreas de migración especializada", explica Jacqueline Andall, profesora de la Universidad de Bath (Reino Unido)."En esto, Italia va a la cola. No tenemos normas adaptadas para atraer a los inmigrantes cualificados, por los que ya están compitiendo los países más desarrollados", dice Maurizio Ambrosini de la Universidad de Milán.ITALIA: Cinco regularizaciones entre 1986 y 2002. La entrada de trabajadores extranjeros extracomunitarios está regulada por decretos de definición de los flujos, según una filosofía no muy diferente de la estadounidense. Entre 2002 y 2004, las cuotas previstas (salvo para los temporeros) han sido "simbólicas". Desde siempre, el número de las demandas resulta excedente respeto a las cuotas previstas, también porque las demandas provienen de inmigrantes irregulares que buscan la regularización por esta vía.En los últimos años ha sido relevante la presencia de irregulares respecto al total de la población inmigrante. En muchos períodos se alcanzó y superó la cuota de los 500.000. Entre 1986 y 2002, se llevaron a cabo cinco regularizaciones extraordinarias, de las que se beneficiaron en conjunto más de un millón de inmigrantes. La presencia de irregulares es, sin embargo, en la actualidad un grave problema y se habla ya de ulteriores procesos que, de facto o de iure, legalice su situación. FRANCIA: Se aproxima un cambio de 180 grados. Con el lema "selección", la Asamblea Nacional francesa aprobó el proyecto de ley (ahora en el Senado) que prevé introducir cuotas anuales para la entrada de extracomunitarios relacionadas con la necesidad de mano de obra del país. El objetivo es favorecer la entrada de trabajadores con alta cualificación, elegidos según un sistema de incentivos, a los que se les permitirá entrar de inmediato, incluso con la concesión de un permiso de larga duración. En cambio, a los que tengan baja cualificación se les dejará entrar sólo previa verificación de que en el territorio nacional no haya mano de obra disponible y, por tanto, con un contrato de trabajo específico. En caso de que termine el contrato laboral, terminaría también el derecho a permanecer en Francia. En un contexto de paro relativamente alto, esto determinó, en los últimos años, un cierre casi total de fronteras, salvo en el caso de trabajadores especialmente cualificados. De hecho, el reagrupamiento familiar se ha convertido en el principal canal de entrada legal, al tiempo que seguía manteniendo un cierto peso el asilo político. El número de ilegales es alto, pero no tanto como en Italia o España. ALEMANIA: Reagrupación familiar en primer lugar. La presencia de los inmigrantes muestra una desarrollo peculiar: junto a muchos extranjeros bien integrados, hay otros que no han aprendido el alemán, viven en grupos cerrados e importaron de su patria estilos de vida poco compatibles con los que prevalecen en la República Federal. La entrada de un extracomunitario está subordinada a la valoración de si hay en el territorio nacional mano de obra disponible. En los últimos años, como en Francia, hay un cierre casi total de fronteras, salvo para trabajadores muy cualificados, dado que el paro es relativamente alto. El principal canal de entrada legal es la reagrupación familiar. Aunque también tiene cierto peso el asilo político.La tendencia es a favorecer la entrada de trabajadores con elevada cualificación por medio de la concesión de permisos de "larga estancia". Además, se tiende a prestar especial atención a la exigencia de disponer de inmigrantes que puedan integrarse bien en la sociedad, para lo cual alcanza especial relieve el conocimiento de la lengua. La presencia de inmigrantes irregulares es relativamente reducida, y no está prevista para la mayoría su regularización, aunque a menudo se aplique un régimen de "tolerancia".REINO UNIDO: Un filtro para los perfiles bajos. El Gobierno tiene un proyecto de "gestión controlada" de los trabajadores extracomunitarios por medio de un sistema de puntos que servirá de filtro para los menos cualificados. Médicos, ingenieros, economistas y expertos en alta tecnología podrán obtener un permiso de estancia sin el correspondiente permiso de trabajo, mientras que los demás podrán entrar en el país sólo si están contratados por una empresa o una Universidad, y a condición de satisfacer carencias de personal y de mano de obra en determinados sectores. La propuesta, que no entrará en vigor antes de un año, prevé cinco categorías de inmigrantes: altamente cualificados (médicos, ingenieros, economistas); cualificados (profesores y enfermeras); poco cualificados (obreros); estudiantes y trabajadores temporeros.La política de Londres tiene dos particularidades: siguen en vigor regímenes especiales para los inmigrantes procedentes de las ex colonias. Y, en contra de lo que pasa en otros países de la UE, el Gobierno no tiene la facultad de poner restricciones a la entrada de ciudadanos de los nuevos países miembros de la Unión.La presencia de irregulares es relativamente reducida. Pero en el Reino Unido rige el principio según el cual cualquier inmigrante ilegal que haya pasado mucho tiempo en el territorio puede, en ausencia de graves impedimentos, conseguir la regularización. ESPAÑA: Un sistema con flujos. Frente a la enésima oleada de desembarcos, España activó en mayo su tercer plan especial en siete meses: se va a poner en marcha un sistema vía satélite para seguir a las embarcaciones clandestinas, al tiempo que se van a incrementar las repatriaciones. Madrid debe hacer frente a una auténtica emergencia. Desde comienzos de 2006, llegaron a Canarias casi 6.000 inmigrantes (el año pasado, lo hicieron casi 5.000 y al menos un millar murió en el mar).En 2004, al menos millón y medio de extracomunitarios no tenía permiso de residencia. De 1985 a 2004 hubo seis regularizaciones, de las que se beneficiaron más de un millón. En 2004 se introdujo un procedimiento que permite la regularización del que haya pasado al menos tres años en el país y tenga un empleador dispuesto a contratarlo. Pero la presencia de ilegales sigue siendo un grave problema.