Se desprende de 846 millones de préstamos por 27 millones Banca Cívica ha conseguido deshacerse de una parte de sus activos tóxicos. La entidad ha firmado un contrato de venta sobre una cartera de créditos fallidos (norminal de 846 millones de euros) que, previsiblemente, habrán comprado fondos buitres y cuya finalidad es sacarles la mayor rentabilidad posible. Con estos datos sobre la mesa, a la entidad - formada por Caja Navarra, Caja de Burgos, Cajasol y CajaCanarias-, le quedarían 1.173.374 créditos dados por perdidos. El precio de venta de la cartera asciende a 27 millones de euros, de los cuales siete millones se pagarán al contado y, el resto, en plazos hasta el 31 de diciembre de 2014. Además, Banca Cívica se compromete a aportar cartera de fallidos adicional en caso de que en tres años no se recuperen 33,7 millones de euros y, recibirá una cantidad adicional en caso de que el tercero recupere de esta cartera un valor superior a 33,7 millones de euros. Como consecuencia de esta venta y de una serie de desinversiones en su cartera de participadas llevadas a cabo por la entidad, Banca Cívica ha conseguido sostener las cuentas el pasado ejercicio. Por otro lado, la entidad indicó en una presentación al mercado que cumplirá con los requisitos de saneamiento establecidos por el Gobierno por importe de unos 2.000 millones de euros para afrontar eventuales pérdidas derivadas del riesgo vinculado al sector inmobiliario. Para ello, sus máximos responsables no ocultaron una más que probable fusión con otro grupo. "Estamos manteniendo contactos para una integración", indicaron sus copresidentes, Antonio Pulido y Enrique Goñi. En el sector se da por hecho que Banca Cívica no podrá mantenerse en solitario y que busca a la desesperada un movimiento corporativo. Ha entablado negociaciones, entre otras entidades, con Ibercaja, que acaba de anunciar la absorción de Caja 3 y espera el resultado de la subasta de Unnim.