Microsoft desveló ayer el misterio de su nuevo sistema operativo Windows 8, una plataforma que nace con la vocación de integrar lo mejor de la movilidad y del PC. Por lo pronto, el software está diseñado para usar con los dedos, como si fuera una tableta. Todo es más rápido, más intuitivo, más potente y más adaptado a las nuevas exigencias de los usuarios. De hecho, el nuevo software incorpora más de 100.000 mejoras respecto a la versión compartida entre los desarrolladores hace apenas seis meses. El presidente de Windows y Windows Live, Steven Sinofsky, ejerció de maestro de ceremonias en un acto de acceso restringido en el marco del Mobile World Congress. Así, puso énfasis en las posibilidades que aporta el acceso inmediato a la nube para agilizar los procesos, con independencia del dispositivo empleado, ya sea el ordenador de sobremesa, el móvil, la consola de videojuego. Como ya ocurre en telefonía móvil, el nuevo software incorpora la tienda de aplicaciones Windows Store, que promete ofrecer a los desarrolladores el mayor margen de beneficios del sector.