La Comisión Europea la acusa de restringir la libre competencia entre los bancos bruselas. Vuelve a aparecer, como el Guadiana, el pulso interminable que mantienen la Comisión Europea y las empresas emisoras de tarjetas de pago. Esta vez el protagonismo es, en exclusiva, para MasterCard. La Dirección General de Competencia del ejecutivo comunitario confirmó ayer públicamente haberemitido a MasterCard un pliego de cargos en el que la acusa de violar la prohibición de realizar prácticas comerciales que restringen la libre competencia.La acusación, fechada el pasado viernes 23 de junio, pone en su punto de mira las tarifas mínimas que establece MasterCard y que deben pagar los bancos minoristas a los bancos emisores de las tarjetas MasterCard y Maestro, cuando aceptan pagos realizados a través de estas tarjetas.Más concretamente, la acusación de Bruselas se refiere a las comisiones que se cargan por pagos entre dos países distintos de la Unión Europea. Aunque también puede afectar a los pagos en el interior de un mismo país. El pliego de cargos se suma al que la Comisión Europea ya remitió también a MasterCard en septiembre de 2003.Los portavoces de la Comisión puntulizaron ayer que la acusación no es aún definitiva, y que los abogados de la empresa emisora de tarjetas de pago tendrán la posibilidad de defender sus puntos de vista. Para ello, como es habitual en este tipo de casos, podrán solicitar a Bruselas que organice una audiencia a puerta cerrada.Pero también advirtieron que si tras tener acceso al expediente instruido por Bruselas y defenderse, los representantes de MasterCard no logran cambiar el juicio preliminar de los responsables de la Defensa de la Competencia de la Comisión, el ejecutivo comunitario podría llegar a prohibir la imposición de estas tarifas. El resultado sería que estas comisiones serían, al menos en un mundo ideal, fijadas por cada banco en un marco de libre competencia, lo que podría provocar rebajas.Otra posible consecuencia del caso, como contempla el derecho comunitario en sus disposiciones para luchar contra prácticas anticompetitivas, de abuso de posición dominante o de acuerdos entre empresas competidoras para elevar artificialmente los precios, es que la empresas que son finalmente declaradas culpables reciban una multa que puede alcanzar como tope máximo el 10 por ciento de su facturación total.La mitad del mercado europeoSegún los datos facilitados ayer por Bruselas, aproximadamente el 45 por ciento de las tarjetas de pago emitidas en Europa llevan acuñado el logo de MasterCard o de Maestro. Estas tarjetas, siempre según las informaciones de la Comisión Europea, son aceptadas en el 85 por ciento de los comercios del Viejo continente que aceptan este sistema de pago. En 2004, se realizaron 23.000 pagos mediante tarjetas de débito en la UE, por un valor total de 1,35 billones de euros. Pese a que se trate de comisiones entre las entidades bancarias en este caso, Bruselas considera que los costes que generan pueden terminar por repercutir en el consumidor.La holandesa Neelie Kroes, comisaria europea de Competencia, lanzó otra andanada el pasado mes de abril contra las comisiones por el uso de las tarjetas de pago. La responsable comunitaria no cargó las tintas contra Visa ni contra MasterCard, pero sí se encargó de subrayar que se trata de los líderes del mercado. En aquella ocasión se trató de un informe general que señalaba que las comisiones fluctúan hasta un 650 por ciento según el país de la UE en el que se paga con tarjeta, y que las pymes llegan a pagar hasta un 70 por ciento más que las grandes empresas.