La compañía catalana garantiza que suscribirá todas las condiciones fijadas por Romano ProdiLos accionistas de las dos empresas aprobaron ayer seguir adelante con la operaciónbarcelona. Ayer, a las once de la mañana, el Consejo de Administración de Autostrade se sentó frente a sus accionistas para pedirles el visto bueno a su fusión con Abertis. Seis horas más tarde, la española seguirá los mismos pasos en Barcelona. Ambos consiguieron la aprobación de sus accionistas. Pero esta luz verde no garantiza que puedan crear un nuevo gigante de las autopistas. También necesitan el visto bueno del Gobierno italiano, que amenaza con quitar a Autostrade sus licencias de autopistas.Un permiso que todavía no tienen y ha descolorido sendas juntas de accionistas. Cuando anunciaron su proyecto de fusión, hace dos meses, se marcaron el 30 de junio como fecha límite para consultar. El plazo se ha cumplido y el acuerdo con el Ejecutivo de Romano Prodi sigue sin llegar. No obstante, tienen hasta el próximo mes de octubre para conseguirlo. Por eso, han decidido seguir adelante, confiando que el tiempo, y otra intensa ronda de negociaciones, limarán las diferencias.Las condicionesPero no se fusionarán a cualquier precio. A ambos lados del Mediterráneo señalaron que la ecuación de canje y el reparto de capital son puntos innegociables. Es decir, que el primer accionista será Schema28, con 24,9 por ciento del capital, seguido de ACS (12,5 por ciento), La Caixa (11,7 por ciento) y un grupo de cajas españolas (5,6 por ciento). Además, los términos de la fusión serán 1 título de Autostrade por 1,05 títulos de Abertis. Además, los accionistas de la italiana recibirán un dividendo extraordinario de 3,75 euros por acción en noviembre.La única modificación que habrá será la venta del 13,3 por ciento que tiene Abertis en Schema28 a sus socios italianos. Esta participación quedará diluida al 3,3 por ciento en el nuevo grupo y "evidentemente, está bien vista por los estamentos del Gobierno, porque refuerza el papel de los socios italianos", señaló Salvador Alemany, consejero delegado del grupo catalán. Sin embargo, el 44,6 por ciento del capital del nuevo grupo cotizará libremente en bolsa, lo que significa que cualquier accionista puede aumentar su peso comprando títulos en el mercado. Un movimiento que La Caixa prevé llevar a cabo (ver información adjunta).Otro punto que Abertis no está dispuesto a cambiar es la composición del consejo. En los mentideros empresariales llevaba varias semanas barajándose la posibilidad de que Gian Maria Gros Prieto, presidente de Autostrade, ocupara este mismo sillón, pero en solitario, en el nuevo grupo. También se ha especulado con la posibilidad de que Florentino Pérez, elegido vicepresidente del grupo en representación española, tuviera que renunciar a su sillón. Dos posibilidades que Isidro Fainé, presidente de Abertis, descartó por completo. "Es un tema donde no tiene que haber ningún cambió", dijo, ya que las juntas de accionistas han aprobado una determinada composición del consejo.Éste contará con 23 miembros. Cada compañía contará con once representantes y, además, Salvador Alemany ocupará el sillón que le corresponderá como consejero delegado del nuevo grupo. Además, Fainé y Gros Prieto compartirán la presidencia no ejecutiva; mientras que Florentino Pérez será vicepresidente, a la espera de que los italianos decidan quién será su homólogo.Críticas del EjecutivoLas críticas que ha vertido el Gobierno italiano contra la presencia de un constructor en el capital de la futura compañía también fueron rebatidas por Abertis. Alemany recordó que en Italia ya ha habido tres concesionarias con un constructor en el capital. Por eso, considera las garantías que pide el Ejecutivo están dirigidas a conseguir la máxima transparencia en la adjudicación de las obras. Compromiso que está dispuesto a abordar.Desde el principio, Abertis y Autostrade han señalado que sólo sellarán su matrimonio si consiguen la bendición del Gobierno. El veto del Gobierno echaría por tierra una operación valorada en 14.000 millones de euros, que daría a luz un gigante con más de 25.000 millones de euros de capitalización bursátil y unos fondos propios de 16.000 millones. Además, juntos estarán presentes en más de 16 países, con 20.000 empleados, unos ingresos de 6.015 millones de euros y un evitad (beneficio brutos de explotación) y 3.799 millones de euros. "Esta operación es una gran oportunidad para España, Italia y Europa", señaló Fainé. "El nuevo grupo tendrá una gran estabilidad", dijo referencia a las negociaciones que mantienen con el Gobierno italiano.