La caída de las ventas del sur de Europa vuelve a lastrar los resultados del grupomadrid. El grupo Vodafone volvió a poner a España en el centro de todos sus males, algo a lo que la compañía comienza a acostumbrarse cuando se trata de justificar sus resultados adversos. En concreto, la multinacional británica desveló ayer las cuentas del tercer trimestre de su año fiscal, donde destaca un incremento de los ingresos de apenas el 1,6 por ciento, levemente menor de lo esperado por los analistas. Las ventas de 13.855 millones de euros fueron bien recibidas en los mercados, donde los títulos de la teleco se revalorizaron ayer el 0,54 por ciento. También las casas de análisis mantuvieron sus recomendaciones positivas. Las razones del tibio crecimiento de las ventas de la corporación son reconocidas desde hace tiempo: la debilidad de los mercados del sur de Europa. Tanto España como Italia digieren la crisis en sus respectivos países con recortes en las ventas del 8,8 y 4,9 por ciento, respectivamente. Lo mismo debió ocurrir con Grecia, aunque los datos locales no trascendieron. En el caso español, la caída de precios en voz móvil y los menores ingresos por los mensajes cortos (SMS) provocaron un descenso de los ingresos que la filial no pudo compensar por otros negocios de gran pujanza. Resultaron favorables -aunque todavía no determinantes-, el sólido crecimiento de los datos, que han mejorado el 27 por ciento respecto al año pasado, o el fuerte impulso de Internet móvil, con crecimientos del 93 por ciento de un año para otro. Vodafone España obtuvo notas excelentes en cuanto a crecimiento de abonados, con 133.000 nuevos clientes de móviles, situándose en el podio del grupo en cuanto a mayor volumen de altas netas de Europa, sólo superado por Alemania y Turquía. Vodafone salvó las cuentas gracias al creciente peso de los países emergentes, donde la telefonía móvil disfruta de su particular luna de miel con unos usuarios ávidos por contratar los servicios de telecomunicaciones. Así, los ingresos en el área de África, Oriente Medio y Asia-Pacífico crecieron el 7,6 por ciento, hasta los 3.769 millones de euros. Los ingresos en la zona europea cayeron un 1,7 por ciento, hasta los 8.849 millones de euros, de los que 1.238 millones correspondieron a España. A pesar de los pesares, Vittorio Colao, primer ejecutivo de Vodafone, confirmó ayer que la compañía mantiene todos sus planes y previsiones de negocio.