El presidente de Iberia ya planifica el próximo Plan Director de la aerolínea madrid. La dirección de Iberia quiere desmarcarse de los acercamientos accionariales que se han producido en los últimos días y se quiere centrar en el futuro del grupo. El presidente de la aerolínea, Fernando Conte, eludía hablar ayer sobre las reuniones de British Airways y Caja Madrid -los dos principales accionistas de la empresa- para reactivar la alianza comercial y retomar los planes de fusión y aseguraba que la compañía continúa con su marcha habitual. Y es que la vida sigue en la compañía de bandera española, que tiene que ir diseñando el nuevo Plan Director para que ruede en pista a partir del 1 de enero de 2009. Por aquello de la competencia, Conte no quiso dar pistas sobre las líneas maestras de la futura estrategia de la compañía pero, de manera indirecta, dio bastantes pistas. Una de las pinceladas que dio fue que el nuevo programa incluirá una mayor reducción de costes en todos los ámbitos posibles de la compañía. Y para hacer realidad este reto hay todavía una asignatura pendiente: el convenio con los pilotos. "Un acuerdo permitiría aumentar la productividad de nuestros empleados y aumentar los vuelos de larga distancia", señala Conte. Para conseguir este objetivo las reuniones con el nuevo representante de los pilotos, Justo Peral, ya han comenzado. El presidente de Iberia se ha mostrado optimista tras los primeros contactos. Sobre todo después del escollo de las anteriores negociaciones, cuando el portavoz de los sindicatos era Bernardo Obrador. Otro de los puntos del nuevo Plan Director será la apuesta por la recién estrenada alianza comercial con American Airlines para aprovechar la nueva legislación de cielos abiertos. Aunque Iberia ya tiene cinco destinos a Estados Unidos en colaboración con la aerolínea norteamericana su intención es aumentar las rutas a este país pero siempre desde aeropuertos de origen españoles. Aunque este tratado de cielos abiertos le permite a Iberia volar a Estados Unidos desde cualquier ciudad europea, la compañía española no tiene prevista cambiar su política de rutas. Apuesta por la larga distancia Es de esperar que el nuevo cuaderno de bitácora de la compañía siga apostando por la larga distancia en detrimento de los vuelos domésticos. Pero para ello tiene que llevar a cabo la renovación de la flota. Como adelantó elEconomista, ya se aprobó en consejo de administración la incorporación de media docena de aviones A340-600 para cubrir las necesidades inmediatas pero las previsiones son mucho mayores en los próximos años. La compañía tiene prevista una partida de 4.000 millones de euros para añadir veinte nuevos aviones a su flota de largo alcance y para renovar los más antiguos. En el arranque de esta negociación, que podría cerrarse en 2009, tanto "Boeing, con el 787, y Airbus, con el A350, parten con las mismas posibilidades", aseguraba ayer el presidente de Iberia. Si ganara el concurso el fabricante norteamericano, la aerolínea española rompería su política de flota de los últimos años, en los que ha apostado por Airbus. Para Iberia el pedido de aviones es tan grande que aunque se cambie de proveedor los números siguen saliendo.