La UE está realizando unos nuevos test de estrés con datos a cierre de junioLa UE está realizando unos nuevos test de estrés con datos a cierre de juniomadrid. Ni un día ha tardado la banca europea en responder al plan de recapitalización del sector financiero anunciado ayer por el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso. El sentir general es de oposición radical al proyecto comunitario, tanto a este como al otro lado de los Pirineos. Distintas entidades sondeadas por este periódico sostienen que un endurecimiento en las pruebas de estrés para incluir rebajas hipotéticas sobre el valor de la cartera de deuda soberana no soluciona los problemas y supondrá una restricción del crédito mayor y durante más tiempo. Además sostienen que está generando un extra de incertidumbre a la situación del sector. Un portavoz de la patronal bancaria AEB indica que la recapitalización del sector sólo se contempla si, al mismo tiempo, se da una solución definitiva a la crisis griega y al problema de las deudas soberanas; únicamente en ese caso, la recapitalización sería posible y efectiva. Esta asociación entiende que, "por sí misma, la nacionalización indiscriminada de los bancos no soluciona nada, incluso, puede entorpecer la reestructuración necesaria del sistema bancario". Desde el exterior, la oposición más contundente llegó desde Alemania, aunque en Francia y en Reino Unido también hubo voces en contra del plan. El presidente de Deustche Bank, Josef Ackermann, consideró que el problema no está en el capital de las entidades, sino en que la deuda soberana es un activo de riesgo. "La clave está en manos de los gobiernos, que deben restaurar la confianza en la solidez de sus finanzas estatales", sostuvo el banquero germano. Bruselas pretende inyectar dinero público de manera masiva en las entidades a través de los fondos nacionales o del fondo europeo de estabilidad para devolver la confianza de los mercados. Para ello, la Autoridad Europea Bancaria (EBA) está realizando un nuevo test de estrés para determinar el montante de las necesidades. Según fuentes financieras, las pruebas se realizarán con los datos a cierre del primer semestre de 2011. "No se trata de una actualización de los datos, sino de un examen nuevo", precisan. En los escenarios contemplados se estiman un ajuste del valor de las carteras de deuda. En concreto, se calcula una depreciación de los bonos del 60 por ciento en el caso de Grecia; del 40 por ciento, en Irlanda y Portugal; y del 20 por ciento, en España e Italia. Los resultados, pronto Los resultados podrían conocerse la semana que viene, antes de la cumbre que celebrarán la UE el 23 de octubre. Si bien, todavía se está discutiendo sobre la metodología y el nivel de capital que tendrán que obtener las entidades para el aprobado. Algunas fuentes destacan que se pedirá entre un 7 y un 9 por ciento, frente al 5 por ciento de las pruebas de resistencia realizadas en julio con datos de 2010. Otras fuentes sostienen que se reclamará el 7 por ciento para el conjunto de bancos y sólo tendrán que tener un 9 por ciento aquellas que son consideradas sistémicas por su elevado tamaño. España está presionando para que se rebaje el umbral exigido, al tiempo que se reclama de nuevo que las provisiones genéricas cuenten como capital y sirvan para hacer frente a la devaluación de las carteras de deuda soberana. Francia, en principio, está de acuerdo con la petición de relajar las exigencias.madrid. Ni un día ha tardado la banca europea en responder al plan de recapitalización del sector financiero anunciado ayer por el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso. El sentir general es de oposición radical al proyecto comunitario, tanto a este como al otro lado de los Pirineos. Distintas entidades sondeadas por este periódico sostienen que un endurecimiento en las pruebas de estrés para incluir rebajas hipotéticas sobre el valor de la cartera de deuda soberana no soluciona los problemas y supondrá una restricción del crédito mayor y durante más tiempo. Además sostienen que está generando un extra de incertidumbre a la situación del sector. Un portavoz de la patronal bancaria AEB indica que la recapitalización del sector sólo se contempla si, al mismo tiempo, se da una solución definitiva a la crisis griega y al problema de las deudas soberanas; únicamente en ese caso, la recapitalización sería posible y efectiva. Esta asociación entiende que, "por sí misma, la nacionalización indiscriminada de los bancos no soluciona nada, incluso, puede entorpecer la reestructuración necesaria del sistema bancario". Desde el exterior, la oposición más contundente llegó desde Alemania, aunque en Francia y en Reino Unido también hubo voces en contra del plan. El presidente de Deustche Bank, Josef Ackermann, consideró que el problema no está en el capital de las entidades, sino en que la deuda soberana es un activo de riesgo. "La clave está en manos de los gobiernos, que deben restaurar la confianza en la solidez de sus finanzas estatales", sostuvo el banquero germano. Bruselas pretende inyectar dinero público de manera masiva en las entidades a través de los fondos nacionales o del fondo europeo de estabilidad para devolver la confianza de los mercados. Para ello, la Autoridad Europea Bancaria (EBA) está realizando un nuevo test de estrés para determinar el montante de las necesidades. Según fuentes financieras, las pruebas se realizarán con los datos a cierre del primer semestre de 2011. "No se trata de una actualización de los datos, sino de un examen nuevo", precisan. En los escenarios contemplados se estiman un ajuste del valor de las carteras de deuda. En concreto, se calcula una depreciación de los bonos del 60 por ciento en el caso de Grecia; del 40 por ciento, en Irlanda y Portugal; y del 20 por ciento, en España e Italia. Los resultados, pronto Los resultados podrían conocerse la semana que viene, antes de la cumbre que celebrarán la UE el 23 de octubre. Si bien, todavía se está discutiendo sobre la metodología y el nivel de capital que tendrán que obtener las entidades para el aprobado. Algunas fuentes destacan que se pedirá entre un 7 y un 9 por ciento, frente al 5 por ciento de las pruebas de resistencia realizadas en julio con datos de 2010. Otras fuentes sostienen que se reclamará el 7 por ciento para el conjunto de bancos y sólo tendrán que tener un 9 por ciento aquellas que son consideradas sistémicas por su elevado tamaño. España está presionando para que se rebaje el umbral exigido, al tiempo que se reclama de nuevo que las provisiones genéricas cuenten como capital y sirvan para hacer frente a la devaluación de las carteras de deuda soberana. Francia, en principio, está de acuerdo con la petición de relajar las exigencias.