Fitch sigue sus pasos y hace un recorte masivo tras reducir el 'rating' al Estadomadrid. Standard &Poor's siguió con el guión establecido para otros países e hizo una rebaja general del estado de salud del sector financiero español. La agencia comunicó en dos partes la actuación sobre nuestro sistema bancario. Primero anunció un aumento del riesgo económico conjunto y lo pasó del nivel 4 al 3, la misma categoría que el de República Checa, Israel, Corea, México y Eslovaquia. Horas después publicaba la actualización de los rating y las perspectivas de doce entidades. Las estimaciones son negativas en todos casos, pero en cuanto a la calificación hay diferencias. Ocho grupos, además de la confederación de cajas (Ceca), vieron rebajada su nota. Entre ellos se encuentran los dos gigantes, el Santander y BBVA. Completan la lista, el Sabadell, Bankinter, Banesto, Ibercaja, BBK y Kutxa. Mantenimiento del 'rating' Por contra, mantuvo el nivel a La Caixa, Bankia -y su matriz, Banco Financiero y de Ahorros- y Popular, a pesar de poner en revisión su nota. Menos optimista se mostró Fitch minutos después, que disminuyó la nota a los mayores grupos financieros. La actuación de la agencia francesa se produce después de que recortara la calidad en dos escalones a España y a buena parte de las comunidades autónomas. Los afectados fueron el Santander, BBVA, La Caixa, Popular, Sabadell y Banesto. Fitch sostiene que de manera general los bancos no deben tener una mejor calificación que el Estado. S&P argumentó la decisión de reducir la calidad general del sector español en las malas expectativas sobre la economía. La agencia considera en su informe que "la corrección de los desequilibrios en España va a seguir afectando negativamente a los perfiles financieros de los bancos españoles en los próximos 15 o 18 meses". "Los bancos españoles han demostrado en general resistencia a la crisis, pero a lo largo del tiempo sus perfiles financieros se han debilitado", según la agencia, que considera que "han acumulado un gran nivel de activos problemáticos y han agotado la mayor parte de las provisiones que habían hecho anteriormente". "Como consecuencia, sus ganancias y su capacidad para absorber pérdidas se ha deteriorado", añade S&P. La firma estadounidense dice que las perspectivas de crecimiento de la economía española son limitadas, lo que estrangula la posibilidad de un rebote del sistema financiero a corto plazo. El PIB crecerá entre un 0,8 por ciento y un 1,0 por ciento en 2011 y 2012, respectivamente. La atonía de la actividad en el sector inmobiliario hará que la banca acumule mayores existencias de activos problemáticos durante 2012 y los primeros meses de 2013, al tiempo que afrontará mayores obstáculos para su venta. "Esto a su vez restringirá la capacidad de los bancos para dedicar recursos del ladrillo a otros sectores de la economía, lo que apagará la recuperación económica", vaticina S&P. Por otro lado, apunta que pese a la tendencia a la baja en el déficit por cuenta corriente, España se mantiene vulnerable a los flujos de capital, dada la persistencia de la volatilidad en los mercados y la aversión al riesgo de los inversores. Activos problemáticos Según la agencia estadounidense, los activos problemáticos del sector se sitúan entre 296.000 y 313.000 millones -activos inmobiliarios adquiridos y adjudicados, depreciaciones acumuladas y créditos morosos- que ha generado durante la recesión en los últimos tres años. Entre todas las calificaciones anunciadas ayer destaca una, la del Popular, porque se produce justo después de que sellara la adquisición del Pastor a través de un canje de acciones de ambas entidades. S&P considera que el grupo que preside Ángel Ron ha demostrado potencial y fortaleza para poder realizar compras. Eso sí revisa su perspectiva ante el aumento de sus activos en riesgos a 19,5 millones. Los dos agencias han tomado el relevo a Moody's, que en los últimos tiempos había sido la firma que más castigaba a España y su sector financiero. Protagonizó, de hecho, el más reciente recorte masivo. Fue el pasado mes de marzo, en plena tormenta por la solvencia de Grecia, cuando disminuyó el rating a una treintena de entidades de nuestro país.