La incidencia afectó en Europa, Oriente Medio y ÁfricaMadrid. Ayer fue un lunes negro para Research in Motion (RIM), un día de esos que quedarán para la historia de la compañía y que servirá de lección para el resto de la vida, no sólo para el fabricante de los dispositivos BlackBerry, sino también para el resto de la industria. Absolutamente todos los jugadores podrían meterse en los zapatos de RIM y pensar que podía haberles tocado a ellos: que el servicio en medio mundo se suspenda por problemas técnicos durante espacio de varias horas, entre tres y cuatro. Fue una llamada de atención colectiva de dimensiones globales, ya que decenas de millones de usuarios de Europa, Oriente Medio y África no pudieron utilizar todas las prestaciones de sus teléfonos BlackBerry como acostumbran y se tuvieron que conformar con los servicios habituales de años atrás: las llamadas y los mensajes cortos. A grandes rasgos, la avería técnica en los servidores de la compañía canadiense dejó fuera de funcionamiento su popular sistema de mensajería así como el correo electrónico. Oficialmente, la firma distribuyó un escueto mensaje por el que informaba de que estaba trabajando "para resolver una incidencia que afectaba a algunos usuarios de smartphones BlackBerry en EMEA", además de pedir disculpas por las molestias ocasionadas. Aviso para la industria A partir de ahora, los técnicos de RIM deberán investigar las causas de la crisis para poner los remedios adecuados para que nunca más vuelva a ocurrir. Pero lo suyo será un caso que deberían compartir aquellos interesados en aprender de los errores ajenos. Los operadores de telecomunicaciones eludieron responsabilidades al indicar que el origen de todos los problemas sucedidos ayer es competencia del fabricante, que es quien administra y opera los servicios de BlackBerry. "RIM está trabajando para resolver los problemas como un asunto de urgencia y está en contacto con los operadores móviles como Vodafone para informar sobre los progresos", explicó la compañía británica. Al margen de las consecuencias particulares, algunos analistas consultados apuntan que "el quebradero de cabeza sufrido por BlackBerry debería encender la señal de alarma al resto de las corporaciones, especialmente a aquellas cuya implicación directa en la actividad económica de las empresas gana dimensiones colosales de un minuto para otro a través del mundo online". Los mismos añaden que "bastaría con imaginar que un día no funcionan los servicios online de Google o Microsoft, por ejemplo, para que su efecto sea lo más parecido a una huelga general de alcance universal, con pérdidas colectivas que serían devastadoras".