La cúpula ejecutiva cree que la entidad parisina es competidora por tener negocio en EspañaEl banco francés sí obtendrá autorización del supervisor para llegar al 29,99% en el 'naranja'madrid. El culebrón financiero que marcó al sector bancario durante los últimos meses del pasado ejercicio vuelve con fuerza tras las Navidades. La partida de ajedrez está donde la dejaron los jugadores: Crédit Agricole ataca y el Consejo de Administración maniobra ágilmente para defenderse de una operación que considera, a todas luces, hostil. Ya a finales de noviembre, la entidad con sede en París solicitó al Banco de España poder alcanzar el 30 por ciento menos una acción en el banco español y, extraoficialmente, a Pedro Guerrero, presidente de éste último, contar con dos miembros en el Consejo de Administración que él mismo lidera. El ejecutivo dio largas a los franceses, asegurando que no habría respuesta a la petición antes de la autorización del supervisor. Pues bien, el momento ya ha llegado. Según ha podido saber este periódico, la contestación del Banco de España, que consentirá que Crédit Agricole alcance el 29,99 por ciento de la entidad naranja, se conocerá esta misma semana o, a más tardar, la que viene. A partir de ahí, el banco francés resucitará su demanda para tener dos consejeros, aunque será en balde. Y es que la postura del Consejo de Administración de Bankinter está definida desde hace tiempo: el no es seguro. Conflicto de competencia Desde el punto de vista de los jefes del banco español, el negocio que la entidad gala mantiene al sur de los Pirineos compite con su propia actividad y, por tanto, no tiene intención de abrir al lobo la puerta del gallinero. Es decir, que no va a permitir la entrada de un competidor en la dirección. Bien es cierto que la presencia de Crédit Agricole en España es marginal en relación al conjunto de su negocio, muy focalizado en su país de origen, pero esta circunstancia no quita que sea una realidad comercial que, como cualquier otra, se encuentra en el mercado a disposición de posibles clientes. Eso sí, a la entidad parisina le quedaría recurrir al propio Banco de España si considerara incorrecta la perspectiva del Consejo de Administración de Bankinter, que en todo caso, sólo podría recomendar al banco con sede en Madrid que aceptara a los consejeros de Crédit Agricole, nunca obligar. Varios frentes abiertos Pero los contratiempos no acaban ahí para Crédit Agricole si, finalmente, se decanta por atreverse a lanzar una opa sobre el 100 por cien de Bankinter. No sólo tendría que ceder a las pretensiones de Jaime Botín -al que apoya el Consejo de Administración-, hasta ahora principal accionista y que también ha solicitado al Banco de España alcanzar el 30 por ciento menos una acción, sino que debería lidiar también con otro peso pesado: Caja Madrid. Y es que, precisamente ayer se conoció que, como consecuencia de la nueva regulación, la entidad que preside Miguel Blesa poseía desde hace varios años un 4,83 por ciento de Bankinter. De esta manera, cabe destacar que la nueva normativa, que obliga a las empresas a comunicar las participaciones a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que rebasen el 3 por ciento, frente al límite del 5 por ciento hasta ahora vigente, también está influyendo en el desarrollo del banco galo en el accionariado de su homólogo español. Además, hoy mismo el banco español ampliará capital al objeto de que sus empleados pasen a controlar el 4,88 por ciento. Esta maniobra permitirá la formación de un gran bloque -Jaime Botín, resto del Consejo de Administración y los propios trabajadores, que preferirán mantener la estabilidad actual- que repela al invasor galo, o bien que le haga pagar el precio que este grupo determine. ¿Se rendirá entonces Crédit Agricole -vendiendo o conformándose con el 29,99 por ciento- o luchará para ir más allá? La solución, en unas semanas.